El papel de las comunidades profesionales a la hora de definir y remediar las consecuencias del genocidio en Ucrania

Siguiendo el debate sobre el fenómeno del genocidio.
Miroslav Lavrynok01 Agosto 2023UA DE EN ES FR IT RU

[геноцид]

Anteriormente constatamos que el fenómeno el genocidio ya ha ocurrido, pero la investigación y comprensión del mismo, dada su naturaleza multidimensional, requiere una amplia discusión, cuyos resultados tendrán una aplicación práctica e impacto no solo en el territorio de Ucrania.

El territorio ucraniano se convirtió en el escenario del crimen de genocidio, a menudo instigado y organizado desde el Kremlin. En general, los acontecimientos trágicos similares sucedieron a todos los pueblos y naciones “no rusas”, subyugadas por los rusos. Raphael Lemkin considera que “el asesinato en masa de pueblos y naciones, que caracterizó el avance de la Unión Soviética en Europa, no representa un rasgo nuevo de su política expansionista. En cambio, representa una política a largo plazo incluso a nivel interno del Kremlin, de la cual las autoridades actuales tenían como precedentes las acciones de la Rusia zarista”. Primero nos interesa la situación actual y el futuro, sin embargo, para el análisis del fenómeno del genocidio actual de los ucranianos es esencial comprender cómo, históricamente, se desarrolló el crimen de genocidio a lo largo del tiempo, cuáles fueron sus consecuencias, su contexto histórico, etc.

Mientras Ucrania y Polonia están esforzándose mucho para corregir algunas páginas innobles de su pasado común, la Rusia de hoy, después de una breve pausa, ha vuelto a practicar el imperialismo totalitario, sin reconocer nunca las acciones criminales tanto del Imperio Ruso, como de la URSS, posicionándose como su legítima sucesora. Además, explorando nuevas oportunidades que brinda el progreso, el estado ruso ha perfeccionado tales prácticas y ahora se está esforzando a lo máximo no solo para ocultar y distorsionar la información sobre los crímenes del pasado, sino también para ejercer una influencia informativa promoviendo el genocidio al involucrar en su ejecución a un gran número de sus propios ciudadanos, justificándolo, ocultándolo o preventivamente acusando a los demás de falsificación de los hechos y de la “rusofobia”. Esta parte de la política rusa, sus métodos y herramientas, el contexto actual nacional e internacional, las aclaraciones de los motivos del genocidio requieren un estudio y una cobertura a gran escala, ya que la Federación Rusa sigue siendo una amenaza no solo para los ucranianos, sino también para otros pueblos, naciones y estados. Jugando hábilmente con los sentimientos ultranacionalistas en los países de la vieja Europa, apelando al pasado colonial de los países con economías en desarrollo, apoyando movimientos separatistas y organizaciones terroristas en todo el mundo, Rusia está aniquilando los logros y los acuerdos de paz establecidos en el mundo civilizado al terminar la Segunda Guerra Mundial y la descolonización. Un componente importante de esa política, que debe ser analizado con esmero por profesionales correspondientes, es la incitación del odio entre diferentes estados y grupos sociales, que puede ser uno de los requisitos previos del genocidio.

Las premisas y consecuencias del genocidio, así como su definición, también necesitan ser analizadas por parte de filósofos, culturólogos y psicólogos. A pesar del totalitarismo del régimen ruso de hoy, que no permite dudas sobre las acciones de su mando político, la Federación Rusa, después del colapso de la Unión Soviética, tuvo un breve momento de libertad de los medios de comunicación, de pluralismo, de respeto por los derechos humanos y la aparición de muchas organizaciones de derechos civiles. Es importante comprender: ¿cómo las personas que abandonaron falsas ideas del comunismo totalitario, poco tiempo después se convirtieron en partidarios de su versión modificada: si no en sus cómplices activos, pues en los testigos silenciosos de sus crímenes? El desprecio por otras naciones, la desvalorización de la vida humana, incluida la vida de los mismos rusos, la cultura de violencia total, la “denigración” de los valores liberales como ideas absurdas o perversas, el culto a la fuerza bruta como la única legítima y el engaño como el medio de lograr lo que se desea es lo que hoy impregna los medios de comunicación rusos y la cultura común, los programas educativos y las conversaciones privadas de la gente común. El vivir esa realidad durante años ha cambiado la visión del mundo de muchos rusos permitiéndoles negar los hechos evidentes, interpretarlos excluyendo el sentimiento de culpa. Este planteamiento pone a Rusia en el lugar del ganador, con derecho a hacer cualquier cosa, justifica los crímenes rusos alegando a crímenes imaginarios o reales de otros estados, difumina la distinción entre el bien y el mal, la verdad y la ficción. Las consecuencias posibles y reales de la implementación de esa ideología rusa en Ucrania también deben ser estudiadas y corregidas, ya que el genocidio afecta a grupos de víctimas a corto y a largo plazo.

Una atención especial merece también el componente religioso del fenómeno del genocidio. Nuestro proyecto registró numerosos bombardeos de objetos protegidos por el Estatuto de Roma, realizados en el período de febrero de 2022 a abril de 2023, un número considerable son lugares de culto religioso. La Iglesia Ortodoxa Rusa ha apoyado durante mucho tiempo la agresión de su estado de origen, actuando como mecanismo de propaganda, inculcando todo tipo de intolerancia, haciendo culto a la muerte y devaluando la vida humana. La misma actividad de la Iglesia Ortodoxa Rusa desafía a muchos valores cristianos, acusando a las demás iglesias, cristianos y creyentes de otros cultos de “visión errónea”, “herejía” y “satanismo” y legitimando, a nivel espiritual, el crimen del genocidio cometido por los ciudadanos rusos.

Además de estas características del fenómeno del genocidio ruso en Ucrania, otras constituyentes suyas ya están definidas o calificadas por los abogados en el ámbito del derecho internacional. Sí, ya tratamos el tema de la deportación de niños ucranianos, que causó la emisión, por parte de la Corte Penal Internacional, de las órdenes de arresto contra el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, y contra su comisionada para los derechos del menor, Maria Lvova— Belova. Hasta ahora, este hecho (traslado forzoso de niños de un grupo a otro) es el criterio más seguro de que realmente estamos ante un genocidio, pero muchos abogados muestran una posición muy cautelosa y se inclinan por una interpretación positiva de las normas jurídicas, aclarando las intenciones de los legisladores o la trascendencia histórica objetiva de la norma jurídica en el momento de su adopción. Es una práctica relativamente nueva, y por tanto difícil de calificar adecuadamente, ya que los rusos, a pesar de sus numerosos asesinatos y destrucción cometida en Ucrania, no intentan exterminar totalmente a la mayoría de los ucranianos, brindándoles oportunidades reales o imaginarias de renunciar su identidad nacional a favor de la identidad rusa. Esto crea dificultades para percibir al grupo nacional ucraniano como objeto de genocidio.

Por lo tanto, el estudio del fenómeno, la definición adecuada del genocidio ruso en el territorio de Ucrania y, quizás, la futura clarificación de las normas del derecho internacional, requieren participación de los representantes de diversas comunidades profesionales capaces de comprender este tema de manera integral. La coordinación de este trabajo en su etapa final va a requerir el apoyo del estado, pero los defensores de derechos humanos, utilizando sus amplias conexiones y oportunidades, deben trabajar duro desde ya para llevar a los culpables ante la justicia y crear condiciones asegurando que este crimen no se repita en el futuro.

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