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Zinaida Kostenko vive en la aldea de Moshchun, cerca de Kyiv. Desde los primeros días de la guerra, las tropas rusas comenzaron a bombardear la aldea con artillería pesada. Según las estimaciones, el 75% de las casas en la aldea de Moshchun están completamente destruidas.

Galyna Joroshchak, jubilada y residente de Borodianka, fue víctima del terrible bombardeo por los aviones rusos. El apartamento de la mujer quedó destruido y muchos amigos suyos resultaron heridos, muertos o desaparecidos.

Mykola Kostenko recibió la guerra en Moshchun, su aldea natal, cerca de Kyiv. Dice que el primer día contó unos quince helicópteros enemigos sobrevolando su casa. Poco después empezaron a borrar su aldea de la faz de la tierra.

El apartamento de Iryna Oliynyk de Borodianka en la región de Kiev quedó completamente destruido tras el bombardeo ruso, su marido y su hijo resultaron gravemente heridos.

Volodymyr Zaika, un residente de la aldea de Moshchun en la región de Kiev, cuenta los terribles combates que presenció cerca de Kiev y cómo la artillería rusa destruyó deliberadamente su aldea.

Svitlana es residente de la aldea de Moshchun en la región de Kyiv. Desde los primeros días de la guerra, el pueblo estuvo ocupado por las tropas rusas. Pero aquí no acaba el horror de la situación: la aldea de Moshchun fue prácticamente aniquilada por la artillería enemiga.

En Jersón, igual que en otros lugares bajo la ocupación rusa, hubo cárceles ilegales donde torturaban a los residentes locales sospechosos de ser leales al estado ucraniano.

Los rusos mantenían en terribles condiciones y torturaban a los militares y civiles. Según algunos testimonios, en el búnker subterráneo se encontraban detenidos hasta los menores de edad.

Yuriy Pladko recuerda cómo su aldea fue bombardeada en primavera. Después de la retirada de las tropas rusas de Kyiv, los habitantes de las aldeas cercanas comenzaron a encontrar cuerpos. “Cuando la gente se iba, no los vieron. Y al volver, empezamos a encontrarlos", dice Yuriy que perdió a un nieto.

Kateryna vivía en Saltivka, un gran barrio residencial de Járkiv. Desde el primer día de la guerra hasta la liberación de la región de Járkiv, el barrio ha sido objetivo de bombardeos regulares, especialmente en la parte norte.

“Las minas explotaban justo a mi lado”, dice Hanna Nuflik, que vivió en un sótano durante más de un mes mientras que el suelo de su ciudad “temblaba" por los bombardeos. “¡Quiero paz, quiero vivir en mi tierra, nada más!” Hanna apela a los rusos.

En mayo entrevistamos a Oleksiy, un carismático presentador deportivo de Mariupol. Aquella entrevista con Oleksiy, quien había sacado de la ciudad asediada a toda la gente de su refugio, apareció en varias publicaciones occidentales.

A sus 22 años Vitaly Stepanenko se encuentra en el epicentro de la guerra por segunda vez. La primera vez ocurrió en su querido Donbas cuando tenía 14 años. Ya siendo mayor de edad, Vitaly se mudó a la región de Kyiv y se instaló en el pueblo de Dymer. El 25 de febrero este pueblo fue completamente ocupado por los rusos. Vitaly vivió cosas terribles durante este tiempo.

Tetyana Reznychenko es vecina de un pueblo cerca de la capital de Ucrania. En los primeros días de la guerra, en su pueblo comenzó un verdadero infierno. Esta área fue intensamente bombardeada por la artillería enemiga. El 7 de marzo una bomba aérea alcanzó el edificio de cinco pisos donde vivía Tetyana. Quedó completamente destruida una parte de la casa, desde el primero hasta el quinto piso.

Olena Kulynovych vive en el pueblo de Gorenka en la región de Kyiv. Un proyectil enemigo entró directo en su casa. Salió de Gorenka por un tiempo, pero regresó. Ahora vive sin electricidad, agua y gas.

Tamara Bughera es vecina del pueblo de Kozarovychy en la región de Kyiv. El pueblo fue ocupado en los primeros días de la guerra. El hijo de una amiga de Tamara acordó con los rusos el permiso de llevar en coche a las mujeres a un lugar seguro. Pero cuando pasaban por el puesto de control, el coche fue baleado.

Valentyn Gryshchenko, de 52 años, es vecino del pueblo de Dymer, cerca de Kyiv. Durante la ocupación distribuía la ayuda humanitaria, por eso lo arrestaron, lo metieron “al sótano", donde fue interrogado y maltratado.

Maria Sygaiva, una filóloga de 80 años de Kharkiv, nació en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial y tiene miedo de morir durante otra guerra. Cuando su casa quedó atravesada por un misil del “Smerch”- el sistema de fuego múltiple ruso, ella y su hija Anna se ven obligadas a vivir en un refugio antiaéreo. No es nada fácil para ella.