¿Qué son los crímenes de lesa humanidad?

La guerra de Rusia contra Ucrania devuelve los crímenes contra la humanidad a la realidad actual: los crímenes cometidos por los rusos contra civiles nos hacen recordar las atrocidades nazis cometidas en nuestra tierra hace más de 80 años.
Mykola Komarovsky28 Mayo 2024UA DE EN ES FR RU

© National Archives and Records Administration/United States Holocaust Memorial Museum

© National Archives and Records Administration/United States Holocaust Memorial Museum

Hace poco menos de 70 años, por primera vez en la historia mundial, en el Palacio de Justicia de Núremberg se leyeron las sentencias contra altos funcionarios acusados personalmente de los crímenes que había cometido su estado.

Los dirigentes nazis por primera vez fueron acusados de crímenes de lesa humanidad, incluidos en el Estatuto del Tribunal de Nuremberg.

La guerra de Rusia contra Ucrania devuelve los crímenes contra la humanidad a la realidad actual: los crímenes cometidos por los rusos contra civiles nos hacen recordar las atrocidades nazis cometidas en nuestra tierra hace más de 80 años.

Pero, ¿qué significa este término y por qué existe como un término separado junto con los crímenes de guerra y el crimen de genocidio?

Formalmente el “crimen de lesa humanidad” se mencionó en 1915: los países de la Entente acusaron al gobierno del Imperio Otomano de cometerlo durante las masacres de armenios. Entonces se trataba tan sólo de una declaración política, que no podía detener las atrocidades ni llevar a los perpetradores ante la justicia.

Fue Hersch Lauterpacht, un abogado austriaco e inglés de origen judío, estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lviv en los años 1915-1919, quien introdujo los crímenes de lesa humanidad en el Estatuto del Tribunal de Nuremberg. Posteriormente entraron a formar parte del derecho penal internacional.

Lauterpacht tenía una relación cercana con Robert Jackson, un juez de la Corte Suprema de los EEUU, que fue nombrado representante y luego Fiscal General de Estados Unidos en el Tribunal de Nuremberg.

Durante las discusiones sobre el futuro tribunal, los representantes de los aliados no lograron llegar a un consenso debido a diferentes sistemas legales de sus estados. Lauterpacht le sugirió a Jackson introducir un nuevo término en el derecho internacional que abarcaría los crímenes exclusivamente contra civiles; este fue el tema en el que los juristas soviéticos y estadounidenses no conseguían ponerse de acuerdo. Propuso calificar las atrocidades cometidas contra civiles como crímenes de lesa humanidad.

Jackson hizo caso a su propuesta.

Genocidio y crímenes de lesa humanidad: una lucha de conceptos

Rafal Lemkin, otro graduado de la Facultad de Derecho de Lviv, propuso introducir otro nuevo crimen en el derecho internacional: el genocidio. En este caso Lemkin se refería no a los individuos en general, sino a grupos separados: la palabra “genocidio” es una amalgama de la raíz griega genos (tribu, raza) y la raíz latina cide (asesinato).

Lemkin ideó su propio concepto partiendo de las masacres ya mencionadas de armenios en el Imperio Otomano. Lemkin estaba indignado de que el estado pudiera tratar a su propia población con tanta crueldad sin asumir ninguna responsabilidad por sus acciones.

A Hersch Lauterpacht no le emocionaba mucho el concepto de genocidio de Lemkin: le parecía que resaltar los crímenes contra un grupo separado le quitaría importancia a la vida de una persona como tal. Además, señaló que sería objetivamente difícil demostrar la intención de destruir a un grupo en particular (aquí no estaba equivocado).

Posteriormente, tanto el genocidio como los crímenes de lesa humanidad pasaron a formar parte del derecho penal internacional. Sin embargo, todavía no tenemos una convención separada para los crímenes de lesa humanidad, aunque probablemente se aprobará una en el futuro.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los crímenes contra la humanidad han figurado en diferentes procesos penales internacionales, por ejemplo, en los estatutos del Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia y del Tribunal Internacional para Ruanda.

Hoy en día, el artículo 7 del Estatuto de Roma está dedicado a los crímenes de lesa humanidad. Sugiere que 11 actos podrían considerarse crímenes contra la humanidad si se cometen como parte de un ataque deliberado, generalizado o sistemático dirigido contra cualquier población civil:

  1. asesinato
  2. exterminio
  3. esclavitud
  4. deportación o traslado forzoso de población
  5. encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales del derecho internacional
  6. tortura
  7. violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma grave de violencia sexual
  8. persecución de cualquier grupo o colectividad con identidad propias por motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género u otros motivos generalmente reconocidos como inaceptables según el derecho internacional, en relación con cualquier acto mencionado en este párrafo o cualquier delito, sujeto a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional
  9. desaparición forzada de personas
  10. crimen de apartheid
  11. otros actos inhumanos de naturaleza similar que causen intencionadamente grandes sufrimientos o lesiones corporales graves o daños graves a la salud física o mental.

¿Por qué necesitamos este término y no basta con condenar únicamente los crímenes de guerra? Es importante que los crímenes de lesa humanidad no se limiten a los acontecimientos de un conflicto armado. Los regímenes políticos no siempre necesitan una guerra para aterrorizar a su propia población, y este terror no siempre está dirigido contra un grupo en particular; e incluso si fuera así, el hecho de probarlo se convierte en una pesadilla para cualquier abogado, como advirtió Hersch Lauterpacht.

La idea de los “crímenes de lesa humanidad” es proteger a los civiles, mientras que la mayoría de los crímenes de guerra pueden afectar tanto a civiles como a personal militar. Pocos pueden decir que el derecho internacional ofrece una protección confiable y segura, incluso con otro término legal en su arsenal. Sin embargo, hace cien años ni siquiera esto era posible.

El Grupo de derechos humanos de Járkiv presentó una denuncia ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional sobre desapariciones forzadas en el contexto de la invasión rusa de Ucrania.

Edición: Denys Volokha

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