Problemas no resueltos de los derechos de prisioneros de guerra y civiles: el papel del Comité Internacional de la Cruz Roja

El análisis de las actividades del CICR, desde marzo de 2022, ha revelado algunas funciones de esta organización que, lamentablemente, no se cumplen. Se necesitan medidas urgentes para abordar estos problemas, ya que su falta de resolución causa sufrimiento a decenas de miles de personas.
Mykhailo Savva, Oleg Martynenko28 Mayo 2023UA DE EN ES FR IT RU

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Foto: Comité Internacional de la Cruz Roja

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) desempeña un papel especial en la defensa de los derechos de la gente en tiempos de guerra. El derecho internacional humanitario y su base, los Convenios de Ginebra, han posicionado el CICR como una organización independiente y neutral que brinda protección y asistencia humanitaria a las víctimas de la guerra y la violencia armada. En los Convenios de Ginebra se mencionan directamente las tareas y poderes del CICR referentes a la protección de los derechos de los prisioneros de guerra y de la población civil.

La invasión a gran escala de las tropas rusas en Ucrania exacerbó una serie de problemas, causados por parte del estado agresor, a saber: ocultamiento de la información sobre prisioneros de guerra y civiles ucranianos detenidos; prohibición de la correspondencia de estas personas con sus familiares; detención ilegal de civiles; torturas o tratos inhumanos o degradantes en los lugares de detención; muertes de enfermos y heridos en cautiverio como resultado de una atención médica precaria. Ya que las autoridades de la Federación de Rusia se niegan a reconocer los problemas con los prisioneros de guerra y civiles ucranianos, debería ser aún más importante el papel del CICR en su solución. Sin embargo, un análisis de las actividades del CICR, desde marzo de 2022, ha revelado que algunas funciones de esta organización no se cumplen hasta ahora.

En primer lugar, cabe señalar que en los procesos diplomáticos y humanitarios aún no ha sido designado un estado protector. El papel del estado protector no se puede sobrestimar en el control del cumplimiento del derecho internacional humanitario. Por ejemplo, es él quien puede nombrar a delegados especiales para proteger los intereses de Ucrania en la Federación Rusa. En caso de que los países beligerantes no se pongan de acuerdo sobre la designación del estado protector, el CICR tiene poderes especiales para la designación del mismo. Esta situación se dió en 2022, cuando la parte rusa se negó a reconocer a Suiza como país protector, contra la propuesta de Ucrania. En este caso, el CICR tiene la autoridad de asumir las funciones del estado protector (es decir, actuar como su sustituto), tras hacer consultas previas con las partes de conflicto. Sin embargo, aún no consta que el CICR haya tomado estas medidas, previstas por el Protocolo Adicional (1977).

El segundo problema está directamente relacionado con la ausencia de estados protectores. La misión del CICR no tiene acceso a todos los lugares de detención rusos donde se encuentran prisioneros de guerra y civiles ucranianos. Según nuestras estimaciones, hay acceso tan solo a una parte insignificante de ciudadanos ucranianos recluidos en los lugares de detención en la Federación Rusa y los territorios temporalmente ocupados de Ucrania. Según el Centro para las Libertades Civiles, el ejército y los servicios especiales rusos secuestraron y encarcelaron al menos a 2.000 ucranianos no combatientes. Según los datos de T4P, este número supera 4.700 personas. Los representantes de las autoridades rusas se niegan a proporcionar información sobre los ucranianos detenidos, incluso a sus familiares más cercanos, con parentesco confirmado. Dado que el CICR no tiene acceso a todas las personas encarceladas, esto significa que las autoridades rusas pueden ocultar los lugares donde se encuentran los ucranianos detenidos y actuar como les convenga. El CICR confirma este problema. Así su comunicado de prensa del 16.10.2022 dice: “El CICR aún no tiene acceso para realizar visitas periódicas a todos los prisioneros de guerra en el ámbito de este conflicto armado internacional. A pesar de casi ocho meses de solicitudes persistentes de nuestro personal para poder visitar todos los lugares de internamiento y detención”. Debido a la ausencia de control por parte de las organizaciones internacionales, los prisioneros ucranianos son torturados en los lugares de detención, lo que confirman las fotografías de prisioneros de guerra y civiles ucranianos maltratados que se publican en las redes sociales rusas. Teniendo en cuenta que, por primera vez, el CICR accedió a los lugares de detención rusos recién en diciembre de 2022, el destino de los prisioneros ucranianos en el futuro dependerá, en gran medida, de la expansión de tales actividades del CICR.

Otro problema igual de importante es la ausencia de comisiones médicas mixtas, cuyas actividades están reguladas por el Apéndice II — “Reglamento sobre las comisiones médicas mixtas” — de la Convención de Ginebra sobre el Trato a los Prisioneros de Guerra. Las comisiones son un elemento central tratándose de la posibilidad de repatriación de los prisioneros de guerra incluso durante un conflicto armado. Las comisiones médicas mixtas se encargan de los exámenes periódicos de los prisioneros de guerra con la posterior determinación de quién está gravemente enfermo o herido y sujeto a repatriación directa u hospitalización en un país neutral.

En la situación de Ucrania, el problema de la creación de comisiones está relacionado no solo con la duración de la selección de los representantes de países independientes y sus delegados, sino también con la ausencia de un estado protector. Mientras tanto, la ausencia de comisiones médicas mixtas trae consecuencias terribles a muchas personas, ya que el país agresor no libera voluntariamente a los heridos y enfermos graves. Los casos de enfermedades graves, trastornos mentales e, incluso, la muerte de ucranianos en cautiverio ruso son el resultado deplorable de todo esto.

A veces el CICR utiliza un lenguaje que intencionalmente otorga un estatus rutinario y normal a las acciones de la parte rusa que violan el derecho internacional humanitario. Así, el CICR escribió sobre el internamiento durante la guerra, aunque la parte rusa no había cumplido con el procedimiento de internamiento. Anteriormente, ya hemos citado el comunicado de prensa del CICR del 16.10.2022 “Rusia-Ucrania: el CICR está dispuesto a visitar a todos los prisioneros de guerra, pero nuestros empleados necesitan acceso”.

El Convenio (IV) para la Protección de Personas Civiles en Tiempo de Guerra prevé el internamiento de civiles en determinados casos. Sin embargo, los ciudadanos ucranianos no fueron internados oficialmente en Rusia. Las órdenes de internamiento, previstas en el artículo 42 del Convenio, no se aplicaron y los ciudadanos secuestrados en Ucrania no tuvieron derecho a apelar contra las decisiones de su internamiento. Las decisiones de internamiento deben tomarse de acuerdo con el procedimiento normal. La parte rusa no observa el cumplimiento de esta norma, ya que no hay un procedimiento de internamiento establecido.

Se requiere una acción urgente y potente para abordar todos estos problemas. Al no ser resueltos, causan sufrimiento a decenas de miles de personas, y ningún motivo político o burocrático puede justificarlo. A pesar de sus esfuerzos, el CICR no consigue resolver estos problemas por su cuenta. De acuerdo con una larga tradición, el CICR no actúa públicamente. Pero esto no debería impedir que otras entidades, en particular, las organizaciones de derechos humanos, llamen la atención sobre estos puntos dolorosos. Es hora de consolidar los esfuerzos de la comunidad mundial de derechos humanos, las organizaciones internacionales para llamar la atención sobre los problemas y ayudar al CICR en el desempeño de sus funciones. Hay que establecer un diálogo continuo entre el CICR y las partes interesadas, con tal de que el CICR haga caso a los argumentos fundamentados y responda a los mismos públicamente.

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