Testimonio de torturas en cautiverio

Durante su encarcelamiento ilegal, Anatoliy Tutov fue objeto de palizas y torturas con corriente eléctrica, recibió amenazas de ser asesinado y mutilado, también fue extorsionado.
Maryna Harieieva17 Abril 2023UA DE EN ES FR IT RU

Анатолій Тутов. Фото: “Дані-Інфо” Anatolij Tutov. Foto: „Dani-Info“ Anatoliy Tutov. Foto: “Dani-info” Anatoli Toutov. Photo : « Dani-Info » Anatolyj Tutov. Foto: “Dani-Info” Анатолий Тутов. Фото: “Дані-Інфо”

Anatoliy Tutov. Foto: “Dani-info”

El residente de Balakliya Anatoliy Tutov, detenido ilegalmente durante la ocupación, relató su estancia en cautiverio a los periodistas del medio local “Dani-Info”.

Anatoliy es un empresario autónomo que en su tiempo fue diputado municipal de Balakliya como miembro del partido “UKROP”, antes también fue miembro del partido “Svoboda”.

Anatoliy y su esposa no podían dejar a sus familiares que necesitaban atención médica, así que se quedaron en Balakliya. En los primeros meses, los ocupantes no molestaron a Anatoliy y a su familia. Pero ya en agosto, vinieron a buscarlo. Según Anatoliy, se trataba de las llamadas fuerzas militares de cuasi-repúblicas de Donetsk y Lugansk. Registraron el apartamento del empresario, se llevaron los ahorros que encontraron y le preguntaron al hombre si tenía alguna idea de por qué lo detuvieron. “Probablemente porque fui diputado del partido “UKROP”, respondió Anatoliy.

El hombre dijo que después de la detención ilegal recibió una paliza brutal. El primer día le pegaron con todo: usando los pies, las manos, los palos. Cuando lo devolvieron, apaleado, a la celda, los otros prisioneros intentaron animarle a Anatoliy diciendo que, probablemente, al día siguiente no le volverían a tocar: no lo interrogarían, ni lo golpearían. Pero el segundo día Anatoliy fue golpeado de nuevo. El hombre recuerda que todo su cuerpo se convirtió en un hematoma. Anatoliy supone que aquellos “interrogatorios” fueron realizados por personas de Ingushetia: los hombres tenían rasgos caucásicos y un acento del área.

Durante los dos primeros interrogatorios, a Anatoliy no le preguntaron nada, solo lo golpearon y le amenazaron. En el tercer interrogatorio apareció un militar. También era un tipo “caucásico”, pero hablaba ruso sin acento. El militar le preguntó a Anatoliy sobre los “nazis”, le preguntó sobre los ex miembros de su partido, sobre su vida. Luego, el militar le mostró a Anatoliy una foto suya asistiendo a una misa recordatoria en honor a los fallecidos durante la Revolución de la Dignidad y le acusó de ser uno de los organizadores del Maidan. Según Anatoliy, esta foto fue tomada por un ex oficial de policía, Oleg Kalaida, quien luego se pasó al enemigo.

Si el hombre guardaba silencio o no respondía a las preguntas, lo golpeaban y le amenazaban: le disparaban con un rifle de caza, le ponían un cuchillo a la garganta y le amenazaban con desollarlo vivo.

Las personas detenidas ilegalmente fueron golpeadas incluso dentro de la celda. Anatoliy dijo que a menudo entraba un militar en su celda y les daba patadas a todos, diciendo que era su “celda favorita”. Como resultado de todas estas palizas, el hombre sufrió fracturas en las costillas y numerosas lesiones de sus órganos internos.

Durante otro interrogatorio, al ver la cruz en su cuello uno de los militares le preguntó: “¿Qué pasa, eres creyente?”. Anatoliy respondió que sí, y dijo que lleva esa cruz desde su nacimiento. Entonces el militar comenzó a burlarse diciendo que iba a convertir a Anatoliy al Islam. Cuando el hombre se negó a cambiar de religión, recibió la paliza de turno. Anatoliy desvaneció y solo volvió en sí después de que los verdugos le echaron un balde de agua.

El abuso moral y físico fue muy variado. Le obligaron a Anatoliy a saltar gritando “El que no salta es un moscovita”, cantar en voz alta el himno nacional de Ucrania, gritar varios lemas patrióticos. Cuando se caía, lo electrocutaban con una corriente eléctrica usando dos cables y amenazando: “Si sueltas los cables, estás acabado”. De esta manera, el hombre fue torturado durante una hora y media.

Entonces los ocupantes comenzaron a extorsionarlo diciendo que “el dinero hay que compartirlo con gente buena”, amenazando con cortarle alguna parte del cuerpo, clavándole un cuchillo.

Anatoliy dice que en algún momento les rogó a los verdugos rusos que detuvieran la tortura y lo mataran sin más. Todo su cuerpo se convirtió en una herida, el mínimo toque le causaba un dolor insoportable.

Además, en la cámara con la gente ilegalmente detenida entraban los topos intentando sonsacar la información de los presos.

Según Anatoliy, el flujo de los ilegalmente detenidos fue muy grande, se detenían las personas no solo de Balakliya, sino también de los pueblos vecinos. Los presos se apoyaban unos a otros para aliviar, aunque sea un poco, su sufrimiento diario.

Anteriormente informamos que los militares rusos y representantes del ejército ruso a menudo usan métodos similares de interrogatorios y torturas en diferentes territorios ocupados, lo que indica la existencia de un cierto sistema. Los ex presos a menudo mencionan torturas con descargas eléctricas, la violencia física y psicológica y los simulacros de ejecuciones.

A fecha del 10 de abril, el Grupo de derechos humanos de Járkiv ofrece asistencia legal a las víctimas de delitos cometidos por los rusos en 600 procesos penales. De allí, 58 son casos de torturas durante la detención ilegal, 130 son búsquedas de los prisioneros, 185 son casos relacionados con la muerte de civiles y 227 — con lesiones de civiles. Algunas de las víctimas también reciben asistencia psicológica y humanitaria. Además, se presentaron 34 denuncias a diferentes comisiones de derechos humanos de la ONU.

Teléfonos de contacto en Járkiv — +380 50 505 1415, +380 50 405 3015, en Kiev — +380 50 555 27 95.

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