89 familias de la región de Kyiv esperan, desesperadas, la liberación de sus seres queridos

Conversando con las activistas del grupo “Nuestros seres queridos”.
Andriy Didenko, Emilia Prytkina08 Octubre 2024UA DE EN ES FR IT RU

Ganna Mushtukova y Olga Manukhina son representantes del grupo de familias ucranianas “Nuestros seres queridos”. El grupo reúne a 89 familias de la región de Kyiv. Desde hace dos años y medio, esposas, padres e hijos esperan el regreso de sus seres queridos. Ganna espera a su marido. Olga, a su marido y a su hijo, que cumplió 22 años en cautiverio.

Los rusos capturaron a muchos civiles de la región de Kyiv durante su avance al principio de la invasión a gran escala. Sólo en la comarca de Dymer secuestraron a 42 personas. Al retirarse, los invasores llevaron consigo aún más civiles. En julio de 2022, Slidstvo.info informó que a finales de marzo los militares rusos secuestraron a civiles ucranianos y los utilizaron como escudos humanos para cubrir sus tropas y maquinaría bélica durante su retirada hacia Rusia y Bielorrusia.

Ганна Муштукова та Ольга Манухіна – представниці Ініціативної групи “Наші найрідніші” Hanna Mushtukova and Olha Manukhina – representatives of the Initiative Group “Our Dearest” Анна Муштукова и Ольга Манухина – представительницы Инициативной группы “Наши самые родные”

Ganna Mushtukova y Olga Manukhina, representantes del grupo “Nuestros seres queridos”

“Todos ellos son civiles. No hay ningún militar profesional. Son albañiles, cocineros, conductores, gerentes. Mi marido ni siquiera hizo la mili», dice Anna Mushtukova. “Mi marido y mi hijo ni siquiera tienen cartilla militar”, añade Olga Manukhina.

Los secuestros de civiles, que practican los rusos en los territorios temporalmente ocupados, no es algo nuevo.

“Castigos y ejecuciones demostrativas de civiles para intimidar al resto de la población hace parte de la política de los ocupantes desde hace 10 años ya”, nos cuenta Oleksandr Pavlichenko, director ejecutivo de la Unión ucraniana para los derechos humanos de Helsinki, en una mesa redonda celebrada en el Ukraine Crisis Media Center.

Lea el informe: Supervivientes del infierno: testimonios de víctimas de la detención ilegal en Donbás.

Cada mañana de los últimos dos años y medio para estas mujeres es dolorosamente similar a la anterior. Un breve saludo, conversaciones con otros grupos de activistas, planificación de eventos, interminables solicitudes a instituciones estatales e internacionales.

“El día no empieza por la mañana, son 24 horas seguidas. Sin dormir. No descansamos casi nunca. Tenemos nuestras crisis nerviosas, crisis de ansiedad. Con lágrimas, seguimos esperando. En cuanto nos enteramos del intercambio... No somos las únicas que nos ponemos nerviosas, todo el mundo que tiene a sus familiares en cautiverio se pone nervioso”, Ganna Mushtukova apenas consigue contener las lágrimas.

“Mandamos solicitudes al Centro de Coordinación, al Ministerio de Reintegración, nos dirigimos a nuestros diputados. Mandamos solicitudes a Kyrylo Budanov. Mandamos solicitudes a todo el mundo... Hicimos un evento en el parque Shevchenko. Tuvimos la oportunidad de hablar cara a cara con el Sr. Lubinets, Comisario del Parlamento de Ucrania para los Derechos Humanos. Todas las esposas quieren que su marido vuelva cuanto antes, todas las madres quieren que su hijo vuelva cuanto antes. Del mismo modo, nuestros hijos quieren ver a sus padres. Incluso hubo una persona que se arrodilló ante el Comisario. Porque tiene conexiones a nivel internacional. Queremos que él también sienta nuestro dolor, nuestro desespero”, afirma Olga Manukhina.

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© Andriy Didenko / Grupo de derechos humanos de Járkiv

Por desgracia, aún no se ha logrado el resultado deseado. Desde el comienzo de la invasión a gran escala, sólo regresaron dos residentes de la región. Uno de ellos murió en casa al volver del cautiverio.

Las mujeres saben dónde están retenidos todos los prisioneros, pero se niegan a revelar sus fuentes. Sin embargo, este conocimiento tampoco facilita la comunicación. No pueden intercambiar cartas, ni mandar paquetes. Las cartas breves del cautiverio sólo llegaron una vez, a finales de agosto de 2022.

“Estoy vivo, sano y bien. Estas cuatro palabras eran las más esperadas por nosotros”, dice Ganna Mushtukova, esposa de un prisionero civil ucraniano.

El derecho internacional prohíbe tomar civiles como prisioneros de guerra. Artur Dobroserdov, Comisario de personas desaparecidas en circunstancias especiales del Ministerio del Interior ucraniano, destaca: “Un cautivo civil o una persona privada de libertad personal no pueden ser intercambiados. Según el Derecho Internacional Humanitario, está prohibido tomar a civiles como prisioneros. Y si los hay, deben ser liberados”.

Por supuesto, nadie piensa liberarlos. Algunos prisioneros están retenidos sin registrar sus datos personales, son trasladados deliberadamente de ciudad en ciudad para complicar su búsqueda, se les asigna el estatus ilegal de “personas que se oponen a la Operación militar especial”, son retenidos sin especificar el motivo o sometidos a falsos juicios donde se les acusa de crímenes de guerra.

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Ganna Mushtukova afirma haber visto fotos de casi todos los prisioneros de la región de Kyiv en los canales de Telegram rusos. Algunas fotos ponían que eran prisioneros de guerra. En respuesta a su solicitud, recibió el comunicado, por parte de la Federación Rusa, que los civiles de la región de Kyiv no están sometidos a ningún proceso penal.

“Nuestros civiles no están protegidos por ningún derecho. Los militares al menos tienen algunos derechos. De alguna manera nuestro Estado se preocupa por ellos. Pero nuestros prisioneros civiles también son personas, son ciudadanos de Ucrania. De hecho, los prisioneros civiles sufren las mismas torturas que los militares”, afirma Olga Manukhina.

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Los familiares de las personas secuestradas por los rusos se enfrentan a menudo al dilema: ¿pedir la divulgación del secuestro o permanecer en silencio para no perjudicar aún más a sus seres queridos? Sorprendentemente, la crueldad rusa se extiende tanto a combatientes como a civiles. El Grupo de derechos humanos de Járkiv ya informó sobre un sistema de dos niveles de detención ilegal y tortura de civiles en la región de Járkiv.

“Olga y yo somos las coordinadoras del grupo, estamos intentando mentalizar a todos a no tirar la toalla. Queremos la mayor divulgación posible. Sin silenciar las cosas. Apoyándonos mutuamente. Esperando juntos la vuelta de nuestros familiares del cautiverio”, dice Ganna Mushutukova.

“¡Hay que tocar a todas las puertas, para que se abran!”, concluye Olga Manukhina.

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© Andriy Didenko / Grupo de derechos humanos de Járkiv

Recordamos que el Grupo de derechos humanos de Járkiv ha creado una línea directa para militares y civiles desaparecidos. Durante los años de nuestro trabajo, hemos conseguido encontrar a más del 30% de la gente cuya desaparición nos fue informada.

Entrevista: Andriy Didenko. Edición: Artem Nechaev. Artículo: Emilia Prytkina.

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