Rusia oculta a un estudiante de Járkiv secuestrado hace 15 meses ‘por oponerse’ a la invasión
Nadie ha visto a Mykyta Shkriabin, un estudiante universitario de derecho de tercer año, desde que fue capturado por soldados rusos en la región de Járkiv el 29 de marzo de 2022. Sus familiares y su abogado solo saben que debe estar vivo, porque Rusia finalmente reconoció que había sido “detenido”, muchos meses después de su desaparición.
Aunque Mykyta lleva ya 15 meses en cautiverio ruso, los rusos se niegan a decirle a su abogado o a su familia dónde está detenido o por qué no lo liberan. Su madre no tiene ni idea del estado de su hijo.
Hace poco Tetiana Shkriabina y Yury Barabash, el vicerrector de la Universidad de Derecho de Járkiv, donde estudia Mykyta, contaron su historia a Hromadske Radio. Tetiana explicó que su aldea en la región de Járkiv fue ocupada por los rusos en marzo de 2022. Era imposible dejar la aldea por constantes bombardeos, tenían que esconderse en el sótano, sin siquiera salir al patio.
Sin embargo, el 29 de marzo de 2022, su hijo salió de casa con la intención de alejarse a un kilómetro de distancia, no más. Desde entonces no lo ha vuelto a ver, sin embargo, algunos testigos le dijeron que lo habían detenido los rusos y se lo habían llevado, otros dijeron que lo vieron en el automóvil de los rusos, golpeado y sangrando. Mykyta fue secuestrado uno o dos días antes de que los invasores tuvieran que retirarse.
La madre de Mykyta se puso en contacto con la Universidad que tomó la iniciativa para encontrar y rescatar a su estudiante. Lograron encontrar a un abogado en Rusia que tuvo el coraje de hacerse cargo de este caso. Para cualquier profesional de derecho, la situación es increíble, explica Yury Barabash. Cuando Rusia finalmente admitió haber detenido a Mykyta, también añadió que se trataba de “la oposición a la operación militar especial”, así Rusia llama, eufemísticamente, su guerra agresiva contra Ucrania. Es algo absurdo, dice Barabash, cuando los funcionarios rusos comienzan a decir barbaridades afirmando que Mykyta fue detenido “por violación de las leyes en el territorio ucraniano”. Y cuando les preguntas: ¿Qué leyes? Ellos te responden: Las leyes rusas.
Desde el comienzo de la invasión a gran escala, Rusia va capturando y encarcelando a civiles en flagrante violación del derecho internacional. Sin duda, por esta razón Rusia a menudo ni siquiera admite tener a los civiles como presos, o evita cualquier respuesta. En este caso, explica Barabash, los rusos estaban tan arrinconados por Tetiana Shkriabina y el abogado Leonid Solovyov, que se les ocurrió la absurda respuesta de que Mykytya fue “un combatiente detenido”. Trataron de engañar a Tetiana con sus cuentos chinos de que su hijo estaba en una presunta “lista” de militares, aunque a la hora de su detención el joven tenía su carné de estudiante de la Universidad de Derecho de Járkiv y estaba vestido de civil. Como lo de la “lista” era una mentira muy evidente, intentaron decirle a Tetiana que su hijo había “infringido algo”. Cuando ella preguntó qué exactamente había infringido, no recibió ninguna respuesta comprensible, sólo la afirmación absurda sobre la infracción de las “leyes rusas”.
Tetiana está muy frustrada porque ni la Cruz Roja ni el Comité de derechos humanos de la ONU, a los que el Grupo de los derechos humanos de Járkiv accionó en su nombre, no han logrado nada. Según el derecho internacional, el Comité Internacional de la Cruz Roja [CICR] puede visitar a cualquier persona detenida por las partes del conflicto. Sin embargo, después de 15 meses, no solo no ha visto a Mykyta, sino que ni siquiera ha podido localizar su lugar de detención en Rusia. Sin embargo, en mayo de 2022 el CICR al menos preguntó a Rusia por él, y le dijeron que “estaba detenido en el territorio ruso”.
En diciembre de 2022, Pavel Chikov, el jefe del Grupo Internacional de Derechos Humanos “AGORA”, también comentó la locura de la situación con Mykyta Shkriabin, aunque a este último lo calificó erróneamente como militar ucraniano. Chikov explicó que un tribunal ruso, por primera vez, examinó el caso de esta índole dictaminando que “los ucranianos detenidos están fuera del ámbito legal ruso”.
El abogado de Shkriabin había logrado, allá por agosto de 2022, obtener la confirmación de que Skhriabin había sido privado de libertad “debido a su oposición a la operación militar especial”. Sin embargo, los funcionarios se negaron a revelar el paradero de Shkriabin o el motivo procesal de su detención, alegando que era “información de acceso restringido”. A Solovyov se le había negado el acceso a su cliente.
Chikov agregó que el Ministerio de Defensa de Rusia no considera a Shkriabin un prisionero de guerra.
Solovyov incluso solicitó al departamento militar del Comité de Investigación de Rusia que se iniciara una investigación criminal contra el personal militar ruso por mantener a su cliente incomunicado durante tanto tiempo. Como suele pasar, el Comité de Investigación rechazó la solicitud.
Luego sucedió algo increíble. Solovyov se quejó ante el tribunal militar que el 12 de diciembre de 2022 “determinó” que Shkriabin fue detenido “por acciones ilegales”. Al mismo tiempo, no está imputado en ningún proceso penal y no se está llevando a cabo ninguna investigación al respecto, por lo que no tiene derechos procesales, incluido el derecho a un abogado.
Chikov señala que, según diversas estimaciones, hay varios miles de ucranianos detenidos y se desconoce el paradero de la mayoría de ellos. En algunos casos, la familia se entera del paradero de una persona detenida, especialmente si está en Crimea ocupada, gracias a los esfuerzos de los abogados que defienden a los presos políticos ucranianos o cuando otros presos son liberados durante un intercambio de prisioneros. Desafortunadamente, hay solo una persona liberada que afirma haber estado con Mykyta Shkriabin y Tetiana dice que aún no ha podido conocerla y comprobar si realmente fue a su hijo a quien conoció en cautiverio.
En febrero de 2023, algunos prisioneros de guerra ucranianos finalmente fueron devueltos a Ucrania como parte de un intercambio. Entre ellos estaba Maksym Kolesnikov, de 45 años. Su aspecto dejó bastante claro cómo los rusos tratan a los prisioneros de guerra ucranianos, por lo que es preocupante que dijera en una entrevista que la situación de los presos civiles fue aún peor. Había estado recluido en una prisión preventiva de la región de Briansk, y dijo que en esta prisión había más civiles ucranianos que prisioneros de guerra. Al principio los prisioneros de guerra fueron maltratados, pero esto cambió cuando los rusos se dieron cuenta de que estaban en la lista de intercambio de prisioneros. Kolesnikov dice que su estatus está regulado por el derecho internacional. Es cierto, pero probablemente a Moscú eso le importa menos que el hecho de que puedan ser intercambiados por prisioneros de guerra rusos.
Los civiles, en principio, no deberían ser tomados como prisioneros, por lo cual no tienen ningún estatus, ni hay una forma oficial para que sean parte de los intercambios de prisioneros. Kolesnikov señala que los propios rusos son conscientes de lo absurdo de la situación, cuando ellos simplemente secuestran a los civiles, pero es muy difícil que admitan que su país está cometiendo tal crimen. Intentan, por lo tanto, afirmar que los presos civiles no son realmente civiles, sino ’espías’, ’saboteadores’ o correctores de fuego para el ejército ucraniano, etc.
O, como es el caso de Mykyta Shkriabin: al joven estudiante de derecho simplemente lo mantienen prisionero y engañan a su madre y al abogado dando ’explicaciones’ legalmente nimias de por qué un joven civil fue secuestrado y sigue encarcelado 15 meses después en un lugar desconocido de la Federación Rusa.