Territorios ucranianos ocupados por Rusia: terror y deportaciones masivas a Rusia

Discurso del Director del Grupo de derechos humanos de Járkiv, Yevgen Zakharov, pronunciado el 1 de marzo en las audiencias del Subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo.
Yevgen Zakharov25 Marzo 2023UA DE EN ES FR IT RU

Євген Захаров. Фото: Олександр Війчук Jevhen Sacharov. Foto: Oleksandr Vijtschuk Yevhen Zakharov (© Oleksandr Viichuk) Yevgen Zakharov. Foto: Olexander Viychuk Yevhen Zakharov. Photo : Oleksandr Viitchouk Евгений Захаров. Фото: Александр Вийчук

Yevgen Zakharov. Foto: Olexander Viychuk

Rusia desencadenó esta guerra a gran escala para destruir el estado ucraniano y a todos los ucranianos que lo defienden y apoyan. Con tal fin adoptó la estrategia de tierra quemada: cada ciudad, que resistía a los invasores rusos, al día siguiente fue sometida a bombardeos y ataques aéreos, siendo la población e infraestructura civiles objetivos de estos ataques. Como resultado hay decenas de miles de civiles muertos y heridos, decenas de miles de edificios destruidos, millones de refugiados y desplazados internos.

Las actividades en las áreas ocupadas por Rusia tenían como objetivo eliminar a los que se consideran ucranianos, intimidar a los demás, obligándoles a irse a Rusia o dejando aquí a la gente leal a Rusia. Esta estrategia, según los investigadores, es totalmente coherente con la división de los ucranianos, introducida por los servicios de contrainteligencia rusos, en cuatro grupos:

  • aquellos que tienen que ser eliminados físicamente;
  • aquellos que tienen que reprimidos e intimidados;
  • aquellos que pueden ser obligados a cooperar;
  • los dispuestos a cooperar.

En la ocupación, el mayor peligro lo corren los exmilitares que participaron en la operación antiterrorista en 2014-2021, policías, guardias fronterizos, rescatistas, funcionarios de autoridades estatales y gobiernos locales, diputados de consejos locales, personajes públicos, empresarios, periodistas, sacerdotes. Tenemos la impresión de que los representantes de ocupantes ya tenían de antemano las listas de esas personas. Han sido secuestrados y desaparecidos, detenidos ilegalmente y luego recluidos en lugares de encarcelamiento ilegales y, a menudo, completamente inadecuados para la permanencia de personas, lo que puede calificarse como tortura usando las condiciones de mantenimiento. Además, a los detenidos se les aplicaron torturas crueles intentando extraer la información u obligando a cooperar. Después de la liberación de la región de Járkiv, se encontraron 25 calabozos donde se torturaba a la gente: en Izyum, Kupyansk, Balakliya, Vovchansk y otros lugares. La descripción de algunos de estos lugares de encarcelamiento y testimonios de sus víctimas se pueden encontrar en la web del Grupo de derechos humanos de Járkiv.

Los abogados del Grupo, que acompañan casos de 26 víctimas de torturas, conocen muy bien lo que hacen los ocupantes intentando doblegar a los cautivos. Hay otros 111 casos en los cuales nuestros abogados están buscando a personas desaparecidas. Es una tarea muy difícil, ya que los ocupantes en las llamadas repúblicas no reconocidas de Donetsk y Lugansk y las autoridades rusas no quieren revelar los lugares de detención de los prisioneros. Se sabe que de los 111 desaparecidos 40 están detenidos y solo de dos de ellos se conoce el paradero.

¿Cuál es la envergadura de estos crímenes? Al 8 de marzo, la base de datos de la iniciativa “Tribunal para Putin” tiene registradas 614 detenciones ilegales, incluyendo 18 niños, y 3.639 desapariciones, 118 de las cuales son menores. La mayoría de desapariciones son en la región de Járkiv — 2.065 (86 niños), en la de Jersón — 537 (3 niños), en Zaporizhzhia — 434 (7 niños), en Lugansk — 310 (14 niños).

La gran mayoría de estas desapariciones pueden precalificarse como desapariciones forzadas, ya que todos los intentos de los familiares en localizar a los desaparecidos encuentran una negativa a responder o la respuesta de que se les desconoce el paradero. En el mejor de los casos, la Cruz Roja Internacional puede responder que la persona está en Rusia, sin especificar dónde exactamente.

Esta altísima cifra de 3.639 desapariciones es solo la punta del iceberg, en realidad, el número de desapariciones podría ser mucho mayor. Al 7 de febrero de este año, hay 19.635 personas desaparecidas en la lista estatal de buscados y, al mismo tiempo, no todos los familiares de los desaparecidos ponen una denuncia de búsqueda a la policía.

Cabe destacar que la detención ilegal sin orden judicial y la desaparición forzada sin indicar el paradero de una persona son graves violaciones de los derechos humanos y pueden calificarse preliminarmente como crímenes de lesa humanidad.

Otro medio de terror contra los civiles en los territorios ocupados es la deportación forzada a Rusia: ya sea por razones de seguridad, porque habrá una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania (como fue y es en la región de Jerson), o bajo el pretexto de salvarlos de las hostilidades (como sucedió en Mariupol), o sin ninguna razón significativa. Por ejemplo, ¿para qué los rusos sacaron de las cárceles a dos mil convictos, a varios centenares de enfermos mentales?

Para evitar que los ucranianos no leales a Rusia ingresen a Rusia, todos los que viajen a Rusia deben pasar por el procedimiento de la filtración.

La filtración es un proceso violento y no regulado de la recogida de datos personales de los detenidos, del registro de sus contactos sociales, sus opiniones y su actitud hacia el estado ocupante, de averiguar hasta qué punto es inofensivo para las autoridades o servicios del estado ocupante, así como su disposición y consentimiento para cooperar con las autoridades o servicios de los ocupantes.

La filtración se realiza en dos etapas. En la primera etapa, todos los refugiados deben pasar control de documentos, toma de huellas dactilares y una entrevista personal en los llamados locales de filtración. Esta etapa puede durar desde varias horas hasta varios días, dependiendo de la cola que hay en el lugar de filtración. Al mismo tiempo, se presta una atención especial a los hombres de edad reclutable, a los que interrogan con más esmero, en ocasiones utilizando violencia. Los inspectores están tratando de averiguar si los hombres hicieron servicio militar antes, si fueron agentes de la ley, guardias fronterizos, representantes de autoridades estatales y del gobierno local. A las mujeres se les pregunta dónde están sus maridos, si están en el ejército; se mira el contenido del teléfono de todos, buscando mensajes o melodías pro-ucranianas. Si a alguien le sospechan de no ser leal a Rusia, queda detenido, así se separan las familias, incluso separan a una madre de sus hijos.

Los detenidos son escoltados a una filtración más severa, hasta 30 días, a los campos de filtración. Son lugares de cautiverio, por lo general no oficiales, donde las condiciones de detención son terribles: superpoblados, con escasa alimentación, sin acceso a agua, a iluminación, a baños, sin aire fresco y atención médica. Aquí, los interrogatorios se llevan a cabo con la participación de oficiales del Servicio Federal de Seguridad, usando violencia y varios tipos de tortura, persiguiendo el mismo objetivo: quebrantar a una persona, lograr su lealtad a la Federación Rusa. Los que han superado esta segunda etapa de filtración son liberados a los 30 días y pueden ir a Rusia. Aquellos que no pasaron la segunda etapa de filtración desaparecen sin dejar rastro, y no se sabe nada sobre su paradero. Una hipótesis dice que son condenados por tribunales rusos “por oponerse a la operación militar especial” (así se llama esta guerra en Rusia), al menos se conoce un caso así.

No conocemos la cantidad de personas que pasaron por los campos de filtración y la cantidad de personas liberadas de aquello, no tenemos datos. En general, según diversas estimaciones, de 2 a 2,7 millones de ucranianos se mudaron de Ucrania a Rusia en 2022. La mayoría de las familias se fueron por la fuerza ya que no se les dio la oportunidad de mudarse a lugares más seguros en Ucrania.

También es difícil decir qué parte de los refugiados de Ucrania dejaron Rusia. Cabe señalar que los defensores de derechos humanos y voluntarios rusos los apoyaron mucho en esto, ayudando a los ucranianos a partir hacia Europa incluso sin tener documentos necesarios, superando todos los obstáculos y las negativas de las autoridades rusas por dejarles salir.

Quiero terminar este texto con un agradecimiento a estos valientes rusos.

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