Destruyen su lugar de trabajo y matan a tiros a su madre: las consecuencias de la ocupación rusa para Sergiy Pentin, residente de Trostyanets

En un mes de su ocupación los rusos destruyeron el centro de Trostyanets, dejando centenas de familias con muertos o heridos. Los militares dispararon a la madre de Sergiy justo cuando se dirigía al hospital.
Denys Volokha31 Mayo 2023UA DE EN ES FR IT RU

© Денис Волоха / ХПГ Serhij Pentin. Foto: Denys Volocha / KHPG (Charkiver Menschenrechtsgruppe) © Denys Volokha / KHPG © Denys Volokha / Grupo de derechos humanos de Járkiv © Denis Volocha © Денис Волоха / ХПГ

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Sergiy Pentin trabajaba en la fábrica de chocolates “Mondelez Ucrania” en Trostyanets. Durante la ocupación, los militares rusos se establecieron en la fábrica. Al final, el departamento de bizcochos, donde Sergiy trabajaba como contador, se quemó por completo y el hombre perdió su trabajo.

Pero lo más terrible fue que los rusos mataron a tiros a la madre de Sergiy, Olena, de 60 años, en su camino al hospital. Olena había trabajado como gerente de la empresa de servicios urbanos durante más de veinte años.

“El 19 de marzo, mis padres se quedaron en Trostyanets, antes estaban en la aldea de Mykytivka. Mi madre se sintió mal y decidieron ir al hospital para recibir asistencia médica. En aquel momento no sabían, no tenían información de algún puesto de control o soldados rusos cerca del hospital — iban andando al hospital. Y desde un carro blindado les abrieron fuego. Mi madre fue asesinada con armas de fuego. Murió en el acto”, cuenta Sergiy Pentin.

Según Sergiy, los rusos simplemente disparaban contra todos que se les acercaran, “independientemente de quién fuera”.

“Disparaban de forma indiscriminada: a civiles, a no civiles, a militares. Simplemente dispararon a todos los que vieron. Desafortunadamente, cuando mis padres iban andando, no los vieron [a los soldados rusos], estaban detrás de los árboles. Y ellos sí que eran un blanco fácil y los otros comenzaron a dispararles sin más”.

El ejército ucraniano, en particular, la brigada mecanizada Nº93, milicias territoriales y otras unidades, lograron expulsar rápidamente a los rusos de Trostyanets: el 26 de marzo de 2022, la bandera ucraniana se levantó encima del pueblo.

Aunque la fábrica de chocolates reanudó su trabajo, el departamento de bizcochos “no se puede restaurar”.

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¿Qué hacían en la fábrica? ¿Era su cuartel general, su almacén de municiones?

No era un cuartel, sino un punto de transbordo. Es decir, allí se guardaban municiones, entraban sus máquinas, y ellos mismos se escondían. Era un local grande, con capacidad de acomodar a muchas personas y ocultar la maquinaría bélica. Nadie pidió permiso, utilizaron el territorio vacío de la fábrica sin más, estacionaron sus tanques y sus vehículos de combate, rompieron la cerca — hacían lo que les daba la gana. Con armas en la mano, nadie pide permiso.

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Cuando grabamos la entrevista, Sergiy todavía recibía pagos de su antigua empresa, por lo que estaba agradecido. Durante la ocupación, hubo cortes de energía en Trostyanets y la gente quedó incomunicada. Según Sergiy, la falta de información fue uno de los desafíos más difíciles: “Cuando no sabes lo que sucede a tu alrededor, cuando nadie sale a la calle. Solo había rumores. Estar incomunicado fue lo más difícil durante la ocupación. Gracias a Dios no duró mucho, comparado con otros sitios”.

A pesar de que la cuarta división rusa de tanques de Kantemyrov solo permaneció en la ciudad durante un mes, las consecuencias de su presencia aún quedan en todas partes: la calle central y la estación de ferrocarril están destruidas. Un vagón quemado sigue parado al lado de la estación con los trenes llegando.

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¿No pensó en salir de la ciudad cuando empezó todo?

Hasta el último momento no íbamos a salir. Pero al final salimos. Pero mis padres no quisieron y se quedaron en Trostyanets. No había forma de convencerlos.

¿Qué siente ahora hacia los rusos, hacia el ejército que mató a su madre?

Es una pregunta retórica, por supuesto. Es difícil de decir, la verdad. No quiero generalizar, pero es el caso de responsabilidad colectiva de todos los rusos, creo que está claro. Son los soldados que matan, los que vienen aquí y disparan a la gente. Pero todo esto ha sido posible porque su estado lo paga con el dinero de todos que apoyan esto de forma pasiva. Desatando las manos a los que dan órdenes. Tienen que cambiar varias generaciones de personas para que cambie el sentimiento ucraniano hacia los rusos. Es algo imposible de olvidar. Para las personas que sufrieron los bombardeos, las muertes.


El Grupo de derechos humanos de Járkiv ofreció ayuda material a Sergiy Pentin, Igor Ivanov y a otros residentes de Trostyanets afectados por la guerra y recopiló materiales para presentarlos ante tribunales internacionales.

En un solo día, 40 personas acudieron a nuestro punto de atención, eran los residentes que más sufrieron. Todos ellos perdieron a su ser querido o su hogar. Algunos fueron lesionados al pisar las minas terrestres ya después de la desocupación.

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