Ucrania: La justicia para los delitos más graves promoverá la paz y la seguridad internacionales

La FIDH y sus miembros de todo el mundo piden a las instituciones internacionales y a los gobiernos que redoblen su esfuerzo para garantizar la justicia en Ucrania como medio para promover la paz y la seguridad internacionales.
24 Febrero 2023UA DE EN ES FR IT RU

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El 24 de febrero se cumple un año de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Hasta la fecha, las organizaciones miembros de la FIDH en Ucrania, el Centro para las Libertades Civiles (CCL) y el Grupo de Protección de los Derechos Humanos de Járkov (KHPG), han contribuido en la labor de documentación de cerca de 30 000 presuntos crímenes internacionales. Detrás de estas cifras está la muerte y el dolor de miles de víctimas, agravados por la impunidad de los dirigentes rusos. La FIDH y sus miembros de todo el mundo piden a las instituciones internacionales y a los gobiernos que redoblen su esfuerzo para garantizar la justicia en Ucrania como medio para promover la paz y la seguridad internacionales.

Hace un año, el mundo se despertó conmocionado cuando las fuerzas armadas rusas lanzaron un ataque a gran escala contra Ucrania en un aparente intento de conquistar la capital, Kiev, y derrocar a un gobierno elegido democráticamente. Junto con la comunidad internacional, la FIDH condenó enérgicamente esta agresión rusa. La defensa de Ucrania resistió ante la ofensiva, pero el sufrimiento del pueblo ucraniano no había hecho más que empezar. En un año, el CCL, el KHPG y las demás ONG ucranianas miembros de la coalición Tribunal para Putin han documentado aproximadamente 33 000 incidentes de presuntos crímenes internacionales cometidos, en su mayoría, por las fuerzas armadas invasoras, entre los que se incluyen ejecuciones sumarias, torturas, confinamientos ilegales, malos tratos, violaciones y otros actos de violencia sexual cometidos en las zonas ocupadas por las fuerzas armadas rusas. Muchos de estos episodios de terrible violencia han dado lugar a investigaciones nacionales, en Ucrania y en otros países, y ya se han producido varios procesamientos de soldados rusos por violaciones de las leyes y costumbres de la guerra.

Se han creado numerosos mecanismos internacionales de rendición de cuentas para investigar y facilitar el enjuiciamiento de posibles violaciones del derecho internacional humanitario, como la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre Ucrania, la Iniciativa de Vigilancia de Ucrania de la Organización para la Seguridad y la Cooperación (OSCE), el Equipo Conjunto de Investigación de Eurojust y las investigaciones de más de diez unidades nacionales adicionales de crímenes de guerra y equipos internacionales de justicia móvil, entre otros. La Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación completa sobre la situación en Ucrania en marzo de 2022. La cooperación efectiva y la complementariedad entre estos mecanismos, así como su compromiso significativo con las víctimas y la sociedad civil, serán fundamentales. La CPI carece de jurisdicción sobre el crimen de agresión con respecto a la situación en Ucrania y, debido a su mandato como tribunal de último recurso encargado de enjuiciar a los máximos responsables, únicamente investigará y enjuiciará un reducido número de casos, una pequeña fracción de las violaciones que ya se han documentado, por lo que la gran mayoría de ellas quedarán en manos de Ucrania y otras jurisdicciones nacionales en virtud del principio de jurisdicción universal.

Además, estos mecanismos no serán suficientes para acabar con la impunidad de los dirigentes rusos por los crímenes cometidos por las fuerzas armadas de Rusia o sus milicias privadas, en Ucrania, así como también en Siria, Malí, la República Centroafricana (RCA), Libia y, anteriormente, en Georgia y Chechenia. Esto se debe a numerosos factores, entre ellos, la falta de voluntad política y de capacidad para enjuiciar todo el alcance de estos crímenes, tanto a escala nacional como internacional.

Consecuencias mundiales

Mientras tanto, la guerra de agresión de Rusia en Ucrania no solo ha exacerbado la inseguridad en la región, sino que también ha provocado una interrupción del suministro mundial de alimentos, ha disparado la inflación y ha causado graves y duraderas repercusiones políticas, económicas y sociales en todos los continentes. Las personas refugiadas ucranianas han procurado protección en lugares tan lejanos como Norteamérica y Latinoamérica. La escasez de alimentos debida a la disminución de los envíos de trigo de Ucrania se ha dejado sentir con intensidad en países como Líbano, Egipto e Indonesia. La movilización interna en las Fuerzas Armadas rusas ha provocado un éxodo de población rusa a Asia Central, Georgia y Armenia, mientras que el agresivo reclutamiento por parte de la llamada Compañía Militar Privada Wagner de Rusia se ha dirigido a personas de Kazajstán, Tayikistán, Serbia, y también de Zambia y Costa de Marfil. Mientras tanto, los abusos contra los derechos humanos cometidos por Wagner en Siria, la República Centroafricana, Libia, Mozambique y Malí permanecen impunes, lo que supone un respaldo tácito a los despiadados métodos de Rusia en un intento de ampliar su influencia en África mediante el respaldo a regímenes frágiles o autoritarios a cambio de una licencia para saquear sus recursos naturales. Rusia también ha estrechado lazos con gobiernos represivos de Oriente Próximo y Asia, ha ampliado su comercio de armas con Irán y Myanmar e incrementado sus exportaciones de petróleo y otras formas de cooperación económica con China y Laos. Esto ha ayudado a Rusia a suavizar el efecto de paralización de las sanciones y a establecer una alianza con regímenes que vulneran los derechos y que, ante la impunidad de Rusia, se sienten fortalecidos para intensificar la represión en su propio país.

La FIDH y sus organizaciones miembros expresan su solidaridad con el pueblo ucraniano

Para promover la justicia de forma más eficaz en Ucrania y en todo el mundo, es necesario reconocer la amenaza permanente para la paz y la seguridad internacionales provocada por el esquema general de abusos de Rusia y abordarla de una forma más decidida.

En solidaridad con el pueblo ucraniano, la FIDH y sus organizaciones miembros:

  • Instan a la Federación Rusa a que cese inmediatamente las hostilidades militares contra Ucrania, y a Belarús a que deje de apoyar estas acciones.
  • Piden una mayor cooperación y complementariedad entre los mecanismos de rendición de cuentas existentes que investigan los crímenes internacionales cometidos en Ucrania y un compromiso más significativo con las víctimas, las personas supervivientes y la sociedad civil.
  • Apoyan el llamamiento a continuar deliberando sobre otros mecanismos de rendición de cuentas por crímenes internacionales cometidos en Ucrania, como un tribunal híbrido para el crimen de agresión y otros crímenes internacionales cometidos en Ucrania.
  • Piden que se sigan condenando todas las violaciones del derecho internacional cometidas en Ucrania por todas las partes.
  • Piden una condena continuada y mecanismos efectivos de rendición de cuentas por las violaciones del derecho internacional cometidas por los dirigentes rusos en otras situaciones en las que los agentes de Rusia participan en actos de violencia prohibida, como en Siria, Malí y la República Centroafricana, subrayando los vínculos entre el retroceso autoritario y los abusos extraterritoriales.
  • Piden a Ucrania y a otros Estados no partes que ratifiquen el Estatuto de la CPI y adopten la correspondiente legislación de aplicación que permita investigaciones y enjuiciamientos nacionales por crímenes internacionales.
  • Piden a las autoridades rusas que pongan fin al uso por parte de Rusia de la propaganda y el abominable uso indebido de la historia para justificar su agresión contra Ucrania como “campaña de desnazificación” y a la comunidad internacional que redoble sus esfuerzos para frenarla.

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