Ruski Tyshky: bombas de fósforo, camiones llenos de lavadoras y cadáveres rusos abandonados

“Viendo todo esto no consigo entender: ¿cómo una persona normal puede hacer una cosa semejante? ¿Qué le he hecho a Rusia? ¡Teníamos aquí unos pinos estupendos! ¡Aire puro! ¡Todo está quemado! ”, Alla Korzurina muestra la destrucción de su pueblo natal.
Iryna Skachko29 Noviembre 2022UA DE EN ES FR IT RU

Руські Тишки, вулиця Джерельна © Оксана Комарова Ruski Tyshky, calle Dzherelna © Oksana Komarova Ruski Tyshky, rue Djerelna © Oksana Komarova Русские Тишки, улица Джерельная © Оксана Комарова

Ruski Tyshky, calle Dzherelna © Oksana Komarova

En la región de Járkiv, hay dos pueblos llamados Tyshky: Ruski Tyshky y Cherkaski Tyshky. Están ubicados uno al lado del otro. El adjetivo Ruski (trad. ruso) no suscitó ninguna compasión entre los rusos. Los dos pueblos quedaron afectados: los invasores llegaron aquí ya por la tarde el 24 de febrero. Desde entonces la ciudad de Járkiv ha sido bombardeada sin parar durante más de dos meses, El 6 de mayo, se retiraron al otro lado del río y desde allí comenzaron a bombardear los Tyshky. Los dos pueblos. Durante cuatro meses por aquí pasaba la línea de frente.

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78 disparos seguidos de artillería “Grad” contra Járkiv

— Viendo todo esto no consigo entender: ¿cómo una persona normal puede hacer una cosa semejante? ¿Qué le he hecho a Rusia? — Alla Korzurina muestra la destrucción de su pueblo natal. — ¡Teníamos aquí unos pinos estupendos! ¡Aire puro! ¡Todo está quemado! Tengo cinco nietos ¿dónde van a jugar, a dónde volver?

Алла Корзуріна, Руські Тишки © Ірина Скачко Alla Korzuryna, Ruski Tyshky © Iryna Skachko Alla Korzourina, Ruski Tyshki © Irina Skatchko Алла Корзурина, Русские Тишки © Ирина Скачко

Alla Korzuryna, Ruski Tyshky © Iryna Skachko

El bosque de pinos, triste y negro, se extiende a lo largo de la calle Dzherelna. Entre los árboles quemados y rotos caminan lentamente los zapadores.

До війни тут гуляли діти © Оксана Комарова Antes de la guerra, aquí solían jugar los niños © Oksana Komarova Avant la guerre, les enfants jouaient ici © Oksana Komarova До войны здесь гуляли дети © Оксана Комарова

Antes de la guerra, aquí solían jugar los niños © Oksana Komarova

Alla esquiva los pozos llenos de escombros (son cráteres de proyectiles) y nos lleva hasta su casa, destruida por bombardeos.

— Aquí estaban los obuses, esos grandes carros cubiertos, con proyectiles. Se cargaban aquí los sistemas “Grad” y disparaban, — muestra la mujer. Los cañones estaban justo detrás de nuestras huertas. Las excavadoras cavaron hoyos y desde allí estos enormes cañones disparaban contra Járkiv. ¡Dios mío, yo los contaba! 78 disparos de “Grad” seguidos, sin parar... 43 disparos del cañón sin parar... ¿Contra quién estaban disparando? Allí había gente, había niños.

Будинок Алли Корзуріної © Оксана Комарова Casa de Alla Korzurina © Oksana Komarova La maison d’Alla Korzourina © Oksana Komarova Дом Аллы Корзуриной © Оксана Комарова

Casa de Alla Korzurina © Oksana Komarova

— ¿Qué tropas rusas estaban en el pueblo?

— Al principio había chicos jóvenes. Uno dijo: “Soy de San Petersburgo. Tengo diecinueve años. En Járkiv está mi hermano y me obligan a disparar allí”. Y luego ya estaban los de la “República de Lugansk”, los de Kadyrov. Hicieron dos redadas. Buscaban algo en los sótanos, casas, desvanes...

© Оксана Комарова © Oksana Komarova © Oksana Komarova © Оксана Комарова

© Oksana Komarova

A principios de mayo, los rusos se retiraron. Pero no muy lejos, al bosque del otro lado del río.

— Los ocupantes nos dijeron que todo terminaría el 9 de mayo. Nosotros lo esperábamos. ¡Y la tonta de mí así lo creía! El 6 de mayo nos levantamos por la mañana y aquí no había nadie, todo vacío. Los ucranianos aparecieron el 7 de mayo. Dijeron: “Somos de Ternopil, tendréis la luz”. Lo felices que estábamos pensando que todo había terminado. Y resultó que aún no había comenzado. Aquellos eran del grupo de reconocimiento nuestro. Desaparecieron. Y el 9 de mayo, después del almuerzo, comenzó el bombardeo. Pasamos dos días en el sótano de nuestros amigos. ¡Día y noche! No podíamos salir ni para dar de comer a las gallinas. Abres la puerta y vuelve el bombardeo. Los rusos se retiraron al otro lado del río. Allá donde se ven unos pinos verdes. Allí estaban. Y desde allí nos disparaban. Las brigadas territoriales nos evacuaron. Salimos el 12 de mayo y nuestros amigos el 14. Su casa fue destruida ante sus ojos por la noche. La bombardearon desde helicópteros... ¡Aquí ya casi no quedaba gente, y ellos disparando contra la gente! No me lo explico.

Alla cuenta que al retirarse los rusos bombardearon, en primer lugar, los lugares donde se habían instalado antes. En particular, el colegio local. En el pueblo todavía no había personal militar ucraniano.

У місцевому ліцеї росіяни спочатку жили, а після відступу намагалися зрівняти із землею © Оксана Комарова Al entrar, los rusos se instalaron en el colegio local, y después de su retirada intentaron destruirlo. © Oksana Komarova Les Russes ont d’abord vécu dans le lycée du village, et après leur retraite, ils ont essayé de le raser © Oksana Komarova В местном лицее россияне сначала жили, а после отступления пытались сравнять его с землёй © Оксана Комарова

Al entrar, los rusos se instalaron en el colegio local, y después de su retirada intentaron destruirlo © Oksana Komarova

Los rusos dejaron el pueblo sin siquiera recoger los cuerpos de sus muertos.

— Dejaron en el pinar a sus soldados muertos, estaban tirados en aquel lugar. ¡Qué peste! Era imposible respirar. Una vez mi cuñado se coló aquí para coger algo de mi casa. Dijo que era imposible respirar.

Ліс, де росіяни покинули своїх загиблих © Оксана Комарова El bosque donde los rusos dejaron a sus muertos © Oksana Komarova Les Russes sont partis en laissant leurs morts dans cette forêt © Oksana Komarova Лес, где россияне бросили своих погибших © Оксана Комарова

El bosque donde los rusos dejaron a sus muertos © Oksana Komarova

“Traían las lavadoras de todas partes a mi patio”

El patio de Sergiy Serdyuk es una muestra de la extraña afición que tienen los ocupantes rusos por estos electrodomésticos: allí quedan amontonadas decenas de “carcasas” y tambores de lavadoras como si fueran esqueletos de animales muertos.

— Robaban estas lavadoras en todo el pueblo y las traían aquí, dice Sergey.

У будинку Сергія Сердюка окупанти влаштували базу © Ірина Скачко En la casa de Sergiy Serdyuk los ocupantes instalaron su base © Iryna Skachko Les occupants avaient installé leur base dans la maison de Serhiy Serdiouk © Irina Skatchko В доме Сергея Сердюка оккупанты устроили базу © Ирина Скачко

En la casa de Sergiy Serdyuk los ocupantes instalaron su base © Iryna Skachko

En su teléfono nos muestra lo acogedor que era su patio entonces. Probablemente por eso los rusos eligieron su casa como base.

— Salimos de aquí casi de inmediato, dice el anfitrión. En marzo, ocuparon la casa. Primero vivían allí unos “orcos”, luego se fueron, entraron otros. Lo sacaron todo: frigoríficos, lavadoras, bañera, camas, todas las pertenencias, saquearon el garaje. Dicen los vecinos que trajeron dos camiones Kamaz y se llevaron todo lo que pudieron... También acumulaban aquí las lavadoras robadas a la gente para sacarlas en camiones. Luego un proyectil impactó en la casa, y de los aparatos amontonados quedó un montón de tambores.

Además de las lavadoras rotas, los rusos dejaron suciedad, latas vacías y restos de comida militar. Sergiy encontró sus documentos de propiedad de la casa en un basurero detrás de la cerca. Los zapadores revisaron el patio de Sergiy y lo que quedaba de su casa, pero aconsejaron no caminar por el huerto, era peligroso.

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Cuando el ejército ucraniano llegó al pueblo, también se instalaron en el sótano de Sergei. La ubicación de la casa, al final del pueblo, dejaba bien visible el lugar donde se acababan de retirar los invasores, y la convertía en una especie de avanzada para nuestros soldados. Sin embargo, fue extremadamente peligrosa: los proyectiles la alcanzaron muchas veces, y en el garaje se quemó un coche con médicos militares…

“El primero de septiembre nos dispararon con fósforo”

— El 24 de febrero mi esposa y yo escuchamos explosiones. Cañonazos de tanques. Ya por la tarde, el convoy del ejército ruso atravesaba el pueblo. Muchos rusos se instalaron en el colegio. El pueblo quedaba casi intacto. En cuanto se retiraron, a principios de mayo, empezaron a bombardearnos fuertemente. 

Víctor Semyachko es ingeniero de profesión, pero desde hace 37 años se dedica a la agricultura. Sabe hacer de todo, desde reparar la maquinaria con sus propias manos hasta construir un cobertizo para su tractor.

Фермер Віктор Сім’ячко, Руські Тишки © Оксана Комарова Agricultor Víctor Semyachko, Ruski Tyshky © Oksana Komarova Viktor Simiatchko, agriculteur, Ruski Tyshki © Oksana Komarova Фермер Виктор Семьячко, Русские Тишки © Оксана Комарова

Agricultor Víctor Semyachko, Ruski Tyshky © Oksana Komarova

— Tengo una pequeña granja. Aquí trabajamos tan solo mi esposa y yo. Pero le ganamos algo y pagamos impuestos.

Durante la ocupación, los rusos robaron el arado de discos al agricultor.

— El 24 de abril, el Domingo Santo, trajeron un tractor, engancharon el arado y se fueron. Como mi maquinaria era antigua, vieron que no había nada que robar. Pero se llevaron el arado nuevo.

Para proteger su coche de los invasores, Víctor lo estropeó: le sacó la batería y la escondió.

Віктор Михайлович каже, що його будинок згорів після обстрілів фосфорними снарядами © Ірина Скачко Víctor dice que su casa se quemó al ser bombardeada con proyectiles de fósforo. © Iryna Skachko Viktor Mykhailovych explique que sa maison a brûlé après avoir été bombardée par des bombes au phosphore © Irina Skatchko Виктор Михайлович говорит, что его дом сгорел после обстрелов фосфорными снарядами © Ирина Скачко

Víctor dice que su casa se quemó al ser bombardeada con proyectiles de fósforo © Iryna Skachko

Poco queda ahora de su granja, orgullosamente llamada “Sokol”. Los animales muertos, los coches destrozados, el grano de alta categoría desperdiciado, la casa quemada con proyectiles de fósforo.

— El 17 de junio, mi esposa y yo nos escondimos en el sótano. 16 misiles cayeron cerca de mi casa. En la huerta, detrás del patio. Y luego hubo una explosión en el patio. Al salir, vimos que el almacén de semillas estaba destruido. Las vallas derribadas. Las ventanas de la casa rotas. Y después de eso, el bombardeo se detuvo de inmediato. Creo que hubo un corrector de fuego. 16 disparos fallidos. Y en cuanto acertaron, enseguida dejaron de disparar. Y luego los bombardeos se repetían. Se quemó el galpón con los cerdos. También murieron 110 gallinas ponedoras. Y el primero de septiembre, a medianoche, nos bombardearon con proyectiles de fósforo. Alcanzaron la casa y se incendió el piso de arriba. Mi esposa dijo: “¿Por qué la luz de la calle está encendida?” Salimos fuera de la casa. El segundo piso estaba en llamas. Tengo un generador de energía. Lo puse en marcha, pude encender la bomba... Pero el viento era demasiado fuerte. La casa se quemó.

Такими білими слідами (ймовірно це фософор) всіяна ферма “Сокіл” © Ірина Скачко La granja Sokol está salpicada con residuos blancos (probablemente de fósforo) © Iryna Skachko La ferme « Faucon » est parsemée de traces blanches (probablement du phosphore) © Irina Skatchko Такими белыми следами (вероятно, это фосфор) усеяна ферма “Сокол” © Ирина Скачко

La granja Sokol está salpicada con residuos blancos (probablemente de fósforo) © Iryna Skachko

Ahora Víctor vive en Járkiv, en casa de su hija, pero todos los días va a su casa, hace algo, repara lo que se puede reparar: concierta agujeros del tractor roto, cubre con tejas restantes el almacén con los restos de semillas de girasol. La cebada, humedecida por lluvias bajo el cielo abierto, ya ha echado brotes verdes.

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