El hombre que sacó a 117 personas de Mariúpol caminando a pie: “Mis amigos me llaman Moisés”

Oleksiy Symonov es un carismático presentador de diferentes eventos y competiciones deportivas de 44 años. Afirma que la comunicación es lo esencial, ya que en más de una ocasión le ayudó no solo a sobrevivir en la Mariúpol asediada, sino también a sacar de allí a todos que estaban en su refugio.
Denis Volokha26 Agosto 2022UA DE EN ES FR IT RU

‘Водити людей через асфальтові пустелі’ Олексію довелося тому, що він не зміг залишити тих, із ким майже місяць прожив у одному сховищі Oleksiy tuvo que acompañar a la gente a cruzar por los desiertos de asfalto porque no podía abandonar a personas con las que compartió el mismo sótano durante casi un mes. Fotos: cortesía de Oleksiy Symonov ’Водить людей через асфальтовые пустыни’ Алексею пришлось потому, что он не смог оставить тех, с кем почти месяц прожил в одном хранилище.

Oleksiy tuvo que “acompañar a la gente a cruzar por los desiertos de asfalto” porque no podía abandonar a personas con las que compartió el mismo sótano durante casi un mes. F.otos: cortesía de Oleksiy Symonov

Cuéntenos, ¿cómo fue para usted el primer día de guerra en Mariúpol?

Aquel día fue agitado. Mi mujer entró en pánico porque comenzaron a disparar, quería salir adonde fuese. No creíamos que llegara a pasar algo. ¿Cómo en el siglo XXI alguien se podía imaginar que bombardearían las áreas residenciales? Era impensable. Pensábamos que en algún lugar habría disparos, luego todo se resolvería: retrocederían y comenzarían a negociar. Así fue el primer día, no acabábamos de creernos lo que sucedía alrededor.

¿Y cuándo quedó claro que no terminaría allí y tendrían que marcharse?

Quedó claro más o menos alrededor de los días 26 y 27. Pero ya no era posible salir. No tenía coche y, aunque lo hubiese tenido, no sé si me habría arriesgado a salir sabiendo que un convoy enemigo ya estaba llegando a Mariúpol. Probablemente no. Me temo que aquellos que se fueron durante los días 27 y 28 se arriesgaron mucho.

¿En qué parte de la ciudad vivían y qué pasó allí?

Soy del distrito de Kalmius, o distrito de Neptuno, la gente de Mariúpol sabe dónde está. Cerca de la planta de Illich. Los primeros días estuvimos más o menos tranquilos, comparado con lo que llegó después. Porque luego, en marzo, empezaron a alcanzarnos los proyectiles. Antes ya habíamos escuchado disparos y explosiones en algún lugar de Sartaná; se escuchaba el tiroteo en el barrio 23.

Fue muy ruidoso y aterrador, pero ahora al recordarlo puedo decir: "Aquello fue una tontería". Cuando los proyectiles nos cayeron encima, fue cuando nos dimos cuenta de lo fatal que estábamos.

Háblenos de la vida en Mariúpol durante la guerra.

Bueno, al principio simplemente teníamos miedo de los disparos – íbamos corriendo a un refugio improvisado, porque las autoridades municipales no habían preparado ningún refugio antibombas. Luego nos quedamos sin luz, sin agua, sin gas. Me ayudó mucho haber visto bastantes películas de catástrofes durante años. Y el hecho de estudiar bien en la escuela, donde impartían algún curso de supervivencia, de preparación militar escolar, etc.

Buscábamos leña, conseguíamos agua, derretíamos nieve. Recogíamos agua de lluvia. Conseguíamos provisiones. Saber comunicarse bien fue importantísimo porque la comunicación valía más que el dinero, que en algún momento perdió todo su valor. En el refugio estábamos más de 280 personas. Nos ayudábamos unos a otros y de esta forma logramos sobrevivir. Ahora la gente de allí también trata de sobrevivir así. Los están salvando poco a poco y así sobreviven unas 150 o 140 mil personas.

¿Alguna vez ha interactuado con los militares?

Había un hospital militar en nuestro barrio. Y durante la primera semana iba allí en mi tiempo libre para ayudar a proteger las ventanas. Cubríamos las ventanas con sacos para que los médicos pudieran trabajar, porque no solo atendían a militares, sino también ayudaban a civiles, heridos durante los bombardeos. Cuando el primer proyectil o bomba alcanzó la calle de Kirov, trajeron a los heridos estando yo en el hospital. Una vez, estábamos llenando sacos para cubrir las ventanas, llegó al hospital un abuelo y dijo: "Chicos, tengo aquí algo metido en el muslo". Los médicos lo miraron y tenía allí un trozo de metralla. Y dos semanas después vi un vídeo donde los periodistas rusos, parados cerca de la ventana del hospital que había cubierto yo con sacos, decían que allí estaba la sede de AZOV: "Expulsamos del hospital a los militares que disparaban desde aquí". Entonces pensé: "¡Guau! Resulta que, si no me hubiera ido, también habría visto a los militares allí". Solo que no disparaban, sino que salvaban a la gente. Pero antes de "su liberación", como dicen ellos, entre el 15 y el 18 [de marzo], sé que todo el hospital fue urgentemente evacuado de allí. Que yo sepa fue casi hasta el área de la planta a un refugio antibombas, porque al ver a quienes están buscando ahora entre los militares o médicos desaparecidos, veo a las personas con las que hablé personalmente en marzo. Y mi corazón se entristece: las personas que estaban ayudando a otros ahora están siendo buscadas. Han salvado a mucha gente, pero ¿les salvará alguien a ellos?

‘Нас просто утюжили артилерією, авіабомбами, мінометами’, — говорить Олексій Симонов. Nos arrasaban con artillería, bombas aéreas, morteros, dice Oleksiy Symonov. ’Нас просто утюжили артиллерией, авиабомбами, минометами’, - говорит Алексей Симонов.

“Nos arrasaban con artillería, bombas aéreas, morteros”, dice Oleksiy Symonov.

Me dirigí a nuestro departamento local de policía de Kalmius. En la medida de lo posible ayudaban a encontrar a la gente. Aunque en aquel momento no buscaban, sino que removían los cadáveres. Los militares nos ayudaron con medicamentos cuando los necesitábamos con urgencia. Nos dieron lo que pudieron. Cuando veo algunas noticias, dicen que hay preparar los cócteles Molotov y tirarlos a los tanques y demás, pues nosotros no vimos ningún tanque, ni soldados de Rusia y de la República Popular de Donetsk (RPD). Porque simplemente nos arrasaban con artillería, bombas aéreas y morteros. Vimos a los militares tan solo al salir de la ciudad. Mientras tanto nuestro barrio fue destrozado, simplemente destruido por artillería. Tenemos cinco cráteres de misiles aéreos cerca del refugio. ¿Por qué cinco y no seis? Porque el sexto misil aéreo acertó al edificio de transformadores que se quedó a cero, simplemente aniquilaron un edificio de transformadores de cuatro metros. Fue aproximadamente del 13 al 16 de marzo. En aquél momento no importaban las fechas. Lo esencial era sobrevivir. Si has sobrevivido hoy, ya está bien. Tienes que sobrevivir mañana. Planear cómo vas a dar comida caliente a los niños, buscar agua; asegurarte, con cuidado, de que no pongan ninguna marca indicando tu refugio, vigilar que los merodeadores no roben gasolina drenándola de los autos. Pues justo las fechas del 13 al 16 eran días “calientes” en nuestra área: llevaban tres días bombardeándonos, justo nuestro refugio, porque tal vez la geolocalización mostraba que había gente cargando sus teléfonos allí, así que empezaron a alcanzarnos.

¿Sabe cómo están ahora su casa y las casas vecinas?

Lo de las casas está complicado, no puedo decir nada, porque no tenemos comunicación con la ciudad. Pero, como dijo Kuleba: "Se acabó, Mariúpol ya no existe, fue arrasada hasta los cimientos". Pero todavía hay más de 100 mil personas allí, ¿sabe? Siguen vivos, por lo que Mariúpol no está destruida. ¡Mariúpol está siendo destruida! Y hay que salvar a la gente de allí. No importa si quedan casas o no, lo importante es que allí haya gente. Gente viva que no puede irse. A los que no se les deja salir, los que están mal informados. Muy, muy, muy mal ahora mismo.

Hablando de que no se les permite salir. ¿Qué le impedía dejar Mariúpol a usted personalmente?

Falta de información, falta de corredores seguros. No tengo coche. Tengo tres hijos y entiendo que no puedo ponerlos en tal peligro. Esperamos a que hiciera más calor para poder caminar y, si nos pillaba la noche, que no nos congeláramos fuera. Y esperamos a que la línea de bombardeos se alejara de nuestro refugio. Para saber que el camino que íbamos a tomar, al menos, no fuese bombardeado como todo el resto.

A algunos amigos míos se les acercó un autobús y les dijeron: Vamos a Zaporizhzhia. Se subieron y llegaron casi a Donetsk.

Hay mucha información de que los rusos están deportando, masivamente, a los residentes de Mariúpol a Rusia o a los territorios temporalmente ocupados de Ucrania. ¿Les ofrecieron esa salida? ¿Tiene algún conocido que la haya aceptado?

Sí, nos lo ofrecieron, nos invitaban hasta más no poder. "Vayan a Rostov, a Donetsk, hay autobuses”, esto nos pasó tanto en Nikolskyi, como en Mángush. “Allá les están esperando, hay comida calentita, alojamiento, habrá trabajo, todo estará bien”. Eran los llamados "propagandistas políticos divertidos". Bien preparados como psicólogos. Cuando estábamos en Nikolskyi, había un “libertador” de estos: "Les ayudaremos, hay comida esperándoles allí". Quería responderle que habíamos tenido nuestra comida y nuestra casa, para eso no necesitábamos ir a ningún lado, íbamos sólo cuando nos daba la gana. Pero ya en Mángush entendí que les faltaba personal: ya están reclutando e instruyendo rápidamente a la gente para enviarla fuera, a la "RPD" o a Rusia. Una mañana llegó un soldado diciendo: "Bueno, ¿y cuánto tiempo os quedaréis en la guardería?" Le respondimos: "Estamos aquí tan sólo por una noche y seguimos a Ucrania, para llegar de alguna manera a Zaporizhzhia". Y él: "Ahh, vale". Se le fastidió el programa. Y lo entendimos todo. No estaba preparado para esto. Tenía la orden de instigar a salir a aquellos que llevaban allí 2-3-4 noches, recuperándose.

Олексій часто виступав у ролі судді-інформатора на різноманітних спортивних змаганнях. Oleksiy a menudo trabajaba como árbitro-informador durante distintas competiciones deportivas. Алексей часто выступал в роли судьи-информатора на различных спортивных состязаниях.

Oleksiy a menudo trabajaba como árbitro-informador durante distintas competiciones deportivas.

Llegamos a Mángush el día 22. Justo el día 22  expropiaron nuestros autobuses del convoy humanitario que se dirigía a Mariúpol desde Zaporizhzhia. Por la noche, entraron avisando: "¿Quién quiere ir a Donetsk? Ahora mismo hay autobuses". Salí a ver y pensé: "Estos autobuses de noche, ahí hay algo..." Vi que era el transporte municipal de Zaporizhzhia. Llamé a los voluntarios de Zaporizhzhia y me dijeron: "Sí, Oleksiy, había un convoy nuestro, pero se llevaron nuestros autobuses", a lo que respondí: "Pues vuestros autobuses se fueron a Donetsk".

Cuando salíamos nosotros, ofrecían, por así decirlo, la opción de ir o no ir. Pero sé lo que pasó después. A unos amigos se les acercó un autobús, diciendo: "vamos a Zaporizhzhia", y se subieron. Y llegaron casi a Donetsk.

Usted es una persona muy alegre en general, en su Telegram pone que es presentador de eventos sociales. Cuéntenos sobre su vida antes de la invasión y sus planes actuales.

Yo vivía muy bien antes de la invasión. Y tenía muchos planes para este año. Porque no solo soy el presentador de eventos sociales, también soy árbitro-informador en competiciones deportivas, tanto en Ucrania, como en el extranjero. Aquí en Mariúpol, hacía de árbitro-informador en los partidos de hockey, también en los campeonatos de escalada de Ucrania; piragüismo marino, boxeo y baloncesto estaban en mis planes. Y también soy un conferencista internacional, un maestro de ceremonias, enseño a presentadores y animadores a presentar eventos. A parte de eventos sociales, trabajé con niños y actualmente sigo trabajando con la Fundación "Alas amarillo-azules", es una fundación internacional ucraniana. Y ahora ya hemos ayudado a muchos refugiados. En mis planes más cercanos está la ayuda [a los desplazados] y la cooperación con los “amarillo-azules”. Y en lo referente a mi actividad principal, a la cual he dedicado más de 30 años, hablé con los presentadores de Chernivtsi que habían estado esperando que yo fuera a verlos durante muchos años. Finalmente llegué. Y ahora tenemos planes de componer canciones con coreografía para niños muy pequeños, para niños con discapacidades. Vivimos un proceso muy creativo ahora. También estamos escribiendo algunos materiales para animadores locales. Nos ayudamos unos a otros y nos comunicamos con los amigos voluntarios. La comunicación es importante porque salva a la gente. Todo el mundo ve cómo los ucranianos ayudan unos a otros. Ahora estoy en Uzhhorod. Me acogen las personas que no conocía antes. Porque son amigos de mis amigos. Y es muy bonito cuando encuentras gente así.

Світлина, надана Олексієм. Foto: cortesía de Oleksiy. Фотография, предоставленная Алексеем.

Foto: cortesía de Oleksiy.

Ya nos adelantó un poco sobre cómo salieron de la ciudad. Cuéntenos más detalles.

El día 20 nos dimos cuenta de que ya estaba todo más calmado. Empezó a hacer más calor. El día 21 un chaval de nuestro refugio salió a explorar un lado del barrio y yo fui al otro. Comprobamos que bombardeaban las áreas más alejadas. Reunimos a todos que querían salir en nuestro refugio. Anuncié que saldríamos a las 8:00 de la mañana siguiente. Y aquellos que quisieran unirse que se llevaran solo lo indispensable. Cada uno tendría que cargar con sus propias cosas. E iríamos bastante deprisa, el objetivo era llegar al menos a Nikolskyi o a Mángush, porque esperábamos que de allí saliesen autobuses. Porque alguien del gobierno, cuyo apellido comienza con "V" y termina con "ereshchuk" [Oleksiy se refiere a Iryna Vereshchuk, la Ministra de Reintegración de Territorios Temporalmente Ocupados] había anunciado que a partir del día 15, todos los días, desde Mángush hasta Berdyansk, habría autobuses. Cuando llegamos a Mángush se lo pregunté a los lugareños. Me dijeron: "Liosh [diminutivo de “Oleksiy”], desde el 24 de febrero no ha habido ni un solo autobús oficial de Mángush a Berdyansk".

Caminamos 15 km desde Mángush hasta Komyshuvate. Y todavía nos quedaban 10 minutos hasta el cierre de la tienda. La tienda era diminuta, típica de un pueblo. Corrimos allí a comprar agua y pan, porque no estábamos preparados para caminar tanto. Me puse en contacto con el alcalde de este pueblo. Me dijo: "No hay nada aquí, puedo ofreceros el club, pero no tiene calefacción". Respondimos: "Lo principal es tener techo”. Y luego salió la mujer de la tienda y preguntó de dónde éramos. Dijimos: "De Mariúpol". Entonces respondió: "Al cuerno con el club. Me llevo a 12 personas y tú, Luda, llévate a 5 más". Total, nos alojaron las familias de Komyshuvate, finalmente sentíamos calor. Nos duchamos por primera vez en un mes. En resumen, tengo mi segunda familia en Komyshuvate ahora. Y por la mañana nos ayudaron a seguir el camino, acercándonos en coche a Demyanivka, y el 24 nos sacaron de allí. Y desde allí nos llevaron a Zaporizhzhia por caminos semiclandestinos y llenos de baches. Tuvimos que pasar por 17 o 18 puestos de control rusos o de RPD. Y luego Ucrania. Llegamos a Zaporizhzhia, donde nos habían alojado en una guardería y a la mañana siguiente nos subieron al tren. Es decir, a nuestro grupo nos llevaron y nos subieron a un vagón separado.

Vimos toda Rusia en los 15 puntos de control: había udmurtos, kazajos y chechenos. Toda la paleta, empezando desde Sajalín.

De los 117 de nosotros que salimos, 70 llegaron a Ucrania, es decir, algunas personas fueron a Rostov, a Rusia, porque allí tienen familiares o amigos. Bueno, cada persona está en su derecho. En eso Ucrania se diferencia de los invasores. Podemos elegir: nosotros decidimos qué hacer y cómo hacerlo. Y en cualquier circunstancia, seguimos siendo humanos.

¿Cómo se ve a 117 personas superando ese camino? Yo he hecho montañismo, pero en un grupo de 20 personas como máximo. Y cuando 117 van superando tanta distancia...

Mire, vas marchando en un convoy con mochilas, muy animados. Y hay gente con mochilas, bolsas, contenedores con gatos, niños pequeños que también tienen sus mochilas y bolsas. Bueno, es una gran procesión. Mis amigos, cuando se enteraron de que estaba vivo, me escribieron: "Tú no eres Symonov, eres Symoisés. Llevas a la gente a cruzar desiertos de asfalto". Cuando se camina en silencio, como desde Mángush, entonces todo está bien. Pero cuando salíamos de la ciudad bajo los cañonazos, fue aterrador. Y cuando dices que están disparando lejos, y podemos [ir] a paso más lento, todos, tanto viejos como niños, responden: "¡No-no-no!" Entre nosotros había personas de 70 años y niños menores de 5 años.

¿Cómo reaccionaron los militares ante el movimiento de un grupo así?, ¿qué les decían en los puntos de control?

Pues mire, en marzo todavía tenían que parecer ángeles vestidos de blanco, eran nuestros "libertadores". Nos liberaron de nuestros hogares, de nuestras vidas. Y para no provocar asentían con la cabeza: "Pasen, pasen, hay que pasar para allá". Sabíamos por dónde teníamos que ir sin ellos. Sé que hubo mucha agresión después, pero [cuando] estábamos pasando nosotros, intentaban quedar bien. "Les ayudaremos y blablablá". Nosotros también asentíamos: "Sí, sí". No parábamos para hablar, ¿para qué? ¿Qué nos podían decir que no supiéramos? Nada. ¿Qué podían hacer? Bueno, hicieron lo que pudieron. Nos dejaron sin nuestras raíces, sin nuestra vida. Ahora todos estamos empezando desde cero. Y es muy difícil.

Cuando pasamos por los puestos de control, era evidente dónde estaban los puntos de control rusos y dónde estaban los de la RPD. En primer lugar, vimos a toda Rusia en sus 15 puntos de control. Había udmurtos, kazajos y chechenos. En general, toda la paleta, empezando desde Sajalín, probablemente desde Yakutia. El yakuto iba de “gracioso”. Y la provincia de Smolensk también presente. Todos cumplían allí con su deber, hacían lo que les habían mandado. Buscaban hombres, buscaban tatuajes, miraban algo en los teléfonos, se aseguraban de que no tuvieras callos “de gatillo” en los dedos. Al menos allí quedaba claro que se trataba de soldados que habían hecho algún tipo de juramento a su patria. Pero los últimos 2 o 3 puntos de control pertenecían a la República Popular de Donetsk, aquello sí que fue una mierda, lo siento. Marginales armados, con rabia en los ojos. En uno de aquellos puestos, viendo que yo tenía un callo de rodillo, uno de ellos casi me dispara: “¡Es de gatillo!” Le dije: “Es de cortar leña”. Y descargó su metralla encima de mi cabeza. Estoy muy agradecido a los muchachos que me estaban acompañando. Siempre que podían, intentaban darles cigarrillos, hablar y distraerles. El comportamiento con aquella gente era bajar la vista al suelo: sí-sí, no-no. Nada más. De lo contrario respondían con rabia, agresión; era muy, muy peligroso para ti y para los que viajan contigo.

У колоні, яка йшла з Маріуполя, були люди від 5 до 70 років, деякі несли із собою домашніх тварин. En el convoy que partió de Mariúpol había personas de 5 a 70 años, algunos de ellos llevaban consigo mascotas. В колонне, шедшей из Мариуполя, были люди от 5 до 70 лет, некоторые уносили с собой домашних животных.

En el convoy que partió de Mariúpol había personas de 5 a 70 años, algunos de ellos llevaban consigo mascotas.

Por eso hay que escuchar a los nuestros, a los que nos están sacando. Y si te dicen: "No digas nada", pues no decimos nada. Porque las personas que te sacan, se arriesgan mucho. Y muchos voluntarios fueron prisioneros, aunque liberados una o dos semanas después, no estaban en la prisión por su buena obra, sino porque alguno de sus acompañantes había empezado a ponerse chulo o a hacerse el listo. Los soldados son diferentes, ¿lo entiende? Los primeros días había soldados no avisados de que iban a Melitopol en lugar de Mariúpol. Con toda su maquinaria, lo que dio a los nuestros varios días para reagruparse y preparar al menos alguna defensa de la ciudad. Cuando vi que el 27 o 28 [de febrero] entraron convoyes rusos a Melitopol, pensé: "¿Qué? Para qué necesitan Melitopol..." Y luego me escribieron amigos de Melitopol: "El convoy llegó, pasó y se fue". Pues claro, me dije: “Ahh. Entonces estos, como Gazmanov [cantante ruso], confunden Mariúpol con Melitopol". Porque en la década de 2000, cuando este acróbata hacía sus giras, en el concierto dedicado al Día de la Ciudad y salió saludando: "¡Buenas tardes, Melitopol!"

Hablando de la actitud en los puestos de control, ¿fue testigo de que mataran a civiles en estos puestos o de que se los llevaran a algún lugar y los torturaran?

¡Sí, se los llevaban! Cuando pasaba nuestro grupo, apartaron a un hombre; en su teléfono encontraron correspondencia con los militares y se lo llevaron. No sé nada de la vida de este hombre.

¿Conoce a las personas asesinadas en Mariúpol? Fallecidos ya sea por bombardeos o por disparos de francotiradores, o en un ataque directo militar.

Por supuesto. Todos los días llegan estos datos, todos los días, conteniendo el aliento, lees estos apellidos, encuentras a tus conocidos. Es muy duro perder a la gente. Tengo suerte, mis parientes están vivos. El padre de las personas que estaban con nosotros murió en el patio de su casa. Alcanzado por un proyectil sin más. Y antes de eso, este hombre cruzaba media ciudad para ver a sus hijas que le decían: "Quédate en nuestro refugio", pues respondía: "No, allá tengo mi casa, allá estaré ". Todo esto es muy duro.

¿Se podría haber hecho algo para evitar esta situación en Mariúpol, al menos en parte?

Світлина, надана Олексієм Foto: cortesía de Oleksiy Фотография, предоставленная Алексеем

Foto: cortesía de Oleksiy.

¡Por supuesto! Sí, por supuesto.

¿Qué exactamente?

Al menos no sacar el pecho diciendo que "haremos todo lo necesario y nadie nos tocará", sino prepararse. En vez de inflar el ego y hacerse publicidad, simplemente debería haberse preparado. Igual que se preparaban las fábricas. Se preparaban para una conservación en caliente, se preparaban los refugios de la planta, porque las fábricas entendían que incluso si no había guerra, tenían que estar acondicionados. Y almacenaron las raciones secas y pequeñas reservas de agua en los refugios. La gente todavía aguanta con aquello que se había almacenado. E imagínese si hubiera sido un refugio sin acondicionar. El día que empieza todo, llega la gente, y ahí, en lugar de un refugio, hay sótano cerrado e inundado. Y nadie sabe quién tiene la llave. Y lo que se nos dijo era que había refugios por todas partes y que viniéramos. ¿Sabe? A los residentes de Mariúpol es muy fácil reconocerlos en otras ciudades: cuando suenan las sirenas, no reaccionan. ¿Y sabe por qué? Porque no teníamos sirenas.

¿Cómo te sientes acerca de los rusos ahora?

Nada. Absolutamente. Compréndeme: los rusos y los militares son gente diferente. Los rusos y su gobierno son gente diferente. No podemos escupir odio, es inútil. Hay gente con el cerebro lavado que grita: "¡Mátenlos a todos!" Es difícil no sólo llamarlos rusos, es difícil llamarlos siquiera humanos. Las personas que piden asesinar a niños u otras personas, no son personas. No importa dónde vivan. En Rusia o en Bangladesh. O en Somalia. ¿Verdad? En cuanto a los rusos, no tienen elección. Muchos carecen de pensamiento crítico. Muchos todavía no entienden lo que está sucediendo. Por lo tanto, aquellos que toman las armas y nos traen guerra, deben ser exterminados. Obviamente. Pero la gente que se encierra en su propio pequeño mundo…, bueno, hay personas así en todas partes. No siento nada hacia los rusos. Una pena. Son una generación perdida, un país tachado del mapa, adonde me gustaría ir. Aunque allá también hay personas normales que intentan decir algo, algunas tienen miedo, otras no. Pero son muy pocos de ellos. Es mucho más fácil encender la caja [*TV] y escuchar lo que te dicen.

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