Responsabilidad por el bombardeo de infraestructuras energéticas

El bombardeo de infraestructuras ucranianas viene acompañado por las declaraciones de funcionarios superiores rusos confirmando los objetivos de bombardeo, totalmente conscientes de que se trataba de objetos de infraestructura civil.
Volodymyr Yavorskyy18 Noviembre 2022UA DE EN ES FR IT RU

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En octubre, la Federación Rusa lanzó un ataque contra numerosas instalaciones de infraestructura civil en Ucrania, principalmente en el sector energético. Estos objetos ya habían sido atacados antes, pero ahora el bombardeo fue más intenso. Se llevó a cabo utilizando misiles de largo alcance, drones kamikaze y artillería.

Por temor a más bombardeos, el gobierno de Ucrania no está revelando el panorama completo y los daños infligidos a la infraestructura energética. Los altos funcionarios declaran que el 30-40% de las instalaciones de infraestructura energética fueron dañadas. Numerosas centrales térmicas, subestaciones eléctricas, centrales hidroeléctricas, redes del sistema de distribución de electricidad fueron bombardeadas. Según el Ministerio del desarrollo regional, a la fecha del 3 de octubre, es decir, antes del bombardeo a gran escala, el total de 527 instalaciones de infraestructura térmica crítica sufrieron daños por ataques rusos, a saber: 386 plantas de vapor, 12 centrales termoeléctricas, 2 centrales térmicas y 127 plantas de calefacción central.

Los ataques a la infraestructura fueron acompañados por las declaraciones de funcionarios superiores de la Federación Rusa confirmando los objetivos de bombardeos, plenamente conscientes de que se trataba de objetos de infraestructura civil. El 10 de octubre de 2022, el presidente ruso, Vladimir Putin en la reunión del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa declaró: “Esta mañana, a sugerencia del Ministerio de Defensa y de acuerdo con el plan del Estado Mayor de Rusia, se lanzó un ataque masivo con armas precisas de largo alcance por aire, mar y tierra contra los objetivos de infraestructura energética, militar y comunicaciones…”

El 11 de octubre de 2022, el Ministerio de defensa ruso anunció que el ejército ruso continúa atestando "ataques masivos" contra objetivos ucranianos. “Hoy, las fuerzas armadas rusas continuaron lanzando ataques masivos con armas de largo alcance y alta precisión contra las instalaciones militares y el sistema energético de Ucrania. Se ha cumplido el objetivo. Todas las instalaciones designadas han sido alcanzadas", comunicó el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.

Probablemente las declaraciones tan descaradas se hacen cuando una persona está segura de la impunidad de sus propias acciones.

Estos bombardeos parecen una violación del Derecho Internacional Humanitario (DIH), dado el contexto particular de un ataque directo a la infraestructura civil. La infraestructura energética se utiliza por toda la población, no son instalaciones separadas al servicio de los militares, por lo tanto, son instalaciones civiles. También hay una violación del DIH en el contexto de la desproporción del ataque atestado y la elección de medios para el ataque para lograr superioridad militar.

”A fin de garantizar el respeto y la protección de la población civil y de los bienes de carácter civil, las Partes en conflicto harán distinción en todo momento entre población civil y combatientes, y entre bienes de carácter civil y objetivos militares y, en consecuencia, dirigirán sus operaciones únicamente contra objetivos militares”, define la Convención de Ginebra.

Los objetivos militares se limitan a aquellos bienes que, por su naturaleza, ubicación, finalidad o uso, contribuyen efectivamente a la acción militar, es decir, su destrucción total o parcial proporciona cierta ventaja militar. En caso de duda sobre la diferencia, el objeto se reconoce como civil.

El DIH no prohíbe los ataques contra la infraestructura energética en sí, sino que estipula que solo un objeto militar puede ser objetivo de ataque. Es casi seguro que algunos de los objetivos alcanzados por la Federación Rusa durante estos bombardeos no lo son. Incluso tratándose de los objetivos militares, Rusia está obligada a ponderar las armas, tácticas y objetivos alternativos para lograr el efecto deseado si la alternativa resulta en menos muertes, lesiones o daños para los civiles. Ucrania no proporciona detalles de los ataques, pero en general se puede concluir que la Federación Rusa no hace ningún intento por evitar dañar a la población civil.

Los ataques rusos también deben cumplir con la regla de proporcionalidad que prohíbe un ataque cuando el daño colateral esperado es excesivo en relación con la esperada superioridad militar inmediata. La desmoralización de los civiles no puede calificarse como una superioridad militar. Y es excesivo el daño causado a la población ucraniana por una eventual superioridad militar rusa. Además, el DIH exige una preocupación constante por los civiles y obliga a las tropas rusas a tratar de evitar las consecuencias adversas para los civiles ucranianos, incluso si estas consecuencias no se califican como daños colaterales por la regla de proporcionalidad.

Por lo tanto, es obvio que la mayoría de los ataques a la infraestructura energética de Ucrania violan el DIH.

Estos bombardeos también deben ser analizados en el contexto de crímenes de guerra cometidos en virtud del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, en particular:

  • dirección deliberada de ataques contra bienes de carácter civil, es decir, bienes que no son objetivos militares;
  • atacar deliberadamente sabiendo que dicho ataque resultará en la muerte o lesiones accidentales de la población civil o causará daños a bienes civiles o daños ambientales extensos, duraderos y graves, claramente excesivos en comparación con el objetivo específico y la superioridad militar general esperada;
  • atacar ciudades, pueblos, casas o edificios indefensos y objetivos no militares o bombardearlos con cualquier tipo de arma.

Todo esto constituye un crimen internacional a parte, cuyos indicios están presentes en las acciones de las fuerzas armadas rusas durante sus bombardeos.

Lamentablemente, Ucrania no ha ratificado el Estatuto de Roma, pero ha reconocido la jurisdicción de la CPI para investigar los crímenes cometidos en su territorio. La no ratificación retrasa significativamente la investigación de crímenes internacionales en Ucrania.

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Es complicado investigar y sancionar estos crímenes internacionales porque es difícil establecer quién dio la orden de bombardear. Demostrar que los líderes político-militares de Rusia están cometiendo crímenes de guerra es prácticamente imposible, porque a nivel operativo, es probable que estos líderes no den órdenes directas a los militares. Para probarlo, será necesario establecer toda la "cadena" de quién y a quién dio esa orden y en qué forma.

Efectivamente, ya hay varios casos penales contra los militares rusos en Ucrania, sentenciando a los autores de tales crímenes, pero no a aquellos que les dieron la orden.

Consiguientemente, el discurso mencionado de Putin y los de otros representantes de la Federación Rusa pueden ser parte fundamental de evidencia de la responsabilidad de los funcionarios superiores rusos por estos crímenes de guerra. Es un caso muy raro cuando un alto funcionario del estado reconoce en sus discursos públicos su propia participación en acciones que constituyen un crimen internacional.

Las mencionadas declaraciones de altos funcionarios no son una excepción, ya que aparecen cada pocas semanas. En conjunto, estas declaraciones pueden convertirse en una demostración contundente de la culpabilidad de los funcionarios superiores de la Federación Rusa por cometer los crímenes de guerra mencionados. Las investigaciones de la CPI de esta envergadura no aparecerán de la noche a la mañana, pero los crímenes de guerra internacionales no tienen términos de caducidad y prescripción, por lo que una investigación puede ser iniciada en cualquier momento. Obviamente, si Ucrania ratifica el Estatuto de Roma, esto sucederá antes.

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