‘Les dije a los rusos en el puesto de control que iba a Azovstal’
Mykhailo Puryshev, un popular voluntario de Instagram, consiguió sacar a su familia al oeste de Ucrania al comienzo de la invasión. A los pocos días, el hombre tomó la decisión de regresar a la ciudad ya cercada, arrasada por los bombardeos de la aviación y la artillería rusas.
Durante los meses siguientes, Mykhailo realizó siete viajes a Mariúpol: llevando ayuda humanitaria, sacando a civiles y niños, y luego fue capturado por los Servicios de Seguridad Federal de Rusia.
Al volver a Mariúpol por primera vez me dijeron: ¡estás loco!
Hasta 2022, Mykhailo no tenía mucha experiencia como voluntario: organizaba eventos para jóvenes en Mariúpol y enseñaba a niños de un orfanato como trabajar con un ordenador. El 23 de febrero de 2022, el hombre compró un Mercedes Clase CLS nuevo y ya estaba de regreso a su ciudad natal. Por la noche, le llamaron informando sobre el comienzo de la guerra.
— Respondí: ’¿Qué guerra? ¡Dispararán un par de veces y se pararán!’ Por supuesto, en ese momento no me podía imaginar lo que podría pasar, qué curso tomaría todo esto. Dos días después ya vi lo que estaba pasando y fui a recoger a la familia de mi hermano, a su esposa embarazada, para evacuarlos"—, recuerda Mykhailo.
— La familia de mi hermano estaba en Volnovakha, una de las primeras localidades en enfrentarse a ataques rusos. Fue el primer viaje a Volnovakha lo que me hizo comprender lo que es una guerra real—, recuerda Mykhailo. Tuve que sacar a la esposa y a los hijos de mi hermano del bombardeo durante el asalto, cuando los invasores intentaron tomar el pueblo rápidamente. Con mi cuñada embarazada y mis sobrinos me vi obligado a ir hasta Prykarpattia, donde también había evacuado a mi propia familia.
— Poco tiempo después, compré un autobús y dije que volvería a Mariúpol. Me dijeron que se me había ido la olla, que la ciudad estaba cercada, que no había forma de llegar. Pero yo compré objetos de primera necesidad, compré insulina. La gente se organizó para cargar mi coche con más alimentos y medicinas. Y me fui.
De milagro, el hombre logró regresar a la ciudad el 8 de marzo de 2022 y, lo más importante, llevar insulina al hospital local. Mykhailo bromea diciendo que no fue un acto de heroísmo, sino de locura.
— La verdad es que entonces no entendía muchas cosas. No sabía qué eran las minas. No sabía cómo era un ataque aéreo. Bueno, obviamente lo he visto en las películas, como todos. Pero no lo viví en mi propia experiencia. Y, sinceramente, si en aquel momento tuviera los mismos conocimientos que ahora, probablemente tendría que armarme de mucho más valor para volver a hacerlo todo—, afirma el voluntario.
El hombre recuerda la primera vez que se encontró con el ejército ruso después del último puesto de control ucraniano en Orikhiv. Según él, los militares ucranianos estaban seguros de que los ocupantes lo matarían, sin siquiera preguntar los motivos de su viaje.
— Cada puesto de control tenía su propia historia, su propia conversación. También hay que tener en cuenta que en ese momento muchos de ellos tampoco entendían lo que estaba pasando, lo que debían hacer. Claramente yo no era un militar, no les interesaba para nada. Algunos simplemente me trataron como si estuviera loco. En uno de los puestos de control vi los cañones rusos que disparaban contra la ciudad y me dijeron: ’Puedes irte, pero allí o te mataremos nosotros o los khokhly [*así los rusos llaman despectivamente a los ucranianos]”.
El hombre tampoco oculta que un buen conocimiento de la zona le fue de gran ayuda: sabía cómo esquivar zonas especialmente peligrosas o áreas de combate.
Un intento audaz de evacuar a los niños de la ciudad sitiada
Cada viaje posterior iba dejando claro que la situación de la ciudad y las penurias de la población habían cruzado el límite. En abril de 2022, los últimos defensores de Mariúpol y los residentes locales se escondieron en una de las plantas siderúrgicas más grandes de Europa: Azovstal. Un sistema de refugios subterráneos de varios niveles podía ofrecer al menos alguna protección contra los bombardeos rusos. Al mismo tiempo, los rusos cercaron la planta e intensificaron los bombardeos de su territorio, lanzando cientos de toneladas de explosivos sobre Azovstal.
La comunidad internacional y las autoridades ucranianas intentaron salvar a los civiles que permanecían en los refugios y búnkeres de la planta. Entre ellos había niños. La parte rusa acusó a los defensores ucranianos de no permitir la evacuación de civiles de Azovstal, supuestamente los utilizaban como escudos humanos. Entonces Mykhailo Puryshev se decidió a emprender la acción más desesperada de todas.
— Fue el 1 de mayo. Ya pasé por todos los puestos de control. Allí ya me conocían de una forma u otra. Los rusos estaban buscando objetos militares: municiones, armas. Obviamente yo no llevaba encima nada de eso. Conduje hasta el último puesto de control ruso en la entrada a la ciudad y dije: “Voy a recoger a los niños de Azovstal”. Sabía que me detendrían—, recuerda el hombre.
Como era de esperar, los ocupantes no hicieron la vista gorda ante tales planes de Puryshev. El hombre fue detenido por los federales rusos y estuvo bajo arresto durante varios días. Mykhailo afirma que esto era parte de su plan. Pidió a los rusos permitirle a él y a un grupo de periodistas internacionales ir a Azovstal para grabar el intento de salvar a los niños.
— Les dije: si Azov o alguien más no permite que se lleven a los niños, como decís vosotros, lo grabamos y todo quedará claro. Por supuesto, yo entendía que la realidad era otra. En los primeros interrogatorios simplemente se rieron de mí. Pero después comenzaron las conversaciones: ’¿Cómo te lo imaginas? ¿Cuál es exactamente tu plan?’.
Durante el arresto ilegal de Mykhailo, los rusos permitieron la evacuación de civiles con la participación de la Cruz Roja. Por supuesto, el ejército ucraniano no impidió la evacuación, lo que una vez más demostró las mentiras de los ocupantes. Puryshev fue liberado, pero desde entonces cualquier viaje humanitario o de otro tipo a Mariúpol fue simplemente imposible. Los rusos tomaron el control de la ciudad, el número de controles de carreteras aumentó significativamente y se cortaron conexiones con los territorios libres de Ucrania.